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240 CORRESPONDENCIA DE LA M, ANGELES CON EL P. MARIANO Angel Custodio, de mi Madre y Reina divina y de mi Dios Humanado, que me prodigarán las inspiraciones y socorros necesarios para cumplir mis com– promisos y que Ellos serán mi fuerza, mi sabiduría, mi amor, mi justicia, mi santidad, mis protectores, medianeros y fiadores en la presencia de Jehová, del Dios Grande, Excelso ..., postrada de hinojos en el acatamiento del mis– mo Dios Uno y Trino que habita en el fondo de mi ser, nuevamente prometo y me obligo por voto a rechazar y ahogar todo recuerdo, pensamiento e im– pulso que me arrastra a escribir, todas las visiones, revelaciones, apremios y aprensiones sobrenaturales con el trabajo escriturario, correspondencia epis– tolar general y privada, y con la manifestación de los beneficios que Dios por su infinita misericordia me dispensará en lo sucesivo, juzgándolo como verdadera tentación diabólica e inclinación natural, hija de mi soberbia y vanidad incalificables, y teniendo por cierto que los remordimientos, senti– mientos terroríficos, pavores infernales y las demás aprensiones dolorosas que he padecido por haber escrito y hecho tales manifestaciones, han sido y fue– ron verdaderas amenazas de Dios y avisos de la conciencia fiel, etc., etc. (1). 4.-Hoy me siento impulsada a hacer voto de no volver a coger la pluma ni siquiera para escribir una carta. No me he atrevido, pero no sé si lo re– sistiré, pues hace tiempo que persiste esta idea. Me parece que no pierdo mu– cho tiempo en escribir, pues ni siquiera para escribir propósitos o tomar notas lo he usado durante mi retiro; y si ahora la uso, porque me interesa · comunicar a V. R. el estado en que me encuentro; pero cumplido esto, me parece que no me resta nada que hacer con la pluma, toda vez que mi fe y esepranza están sólo en Dios, único que puede remediar mi difícil situación. 5.-Ya ve, Padre mío, "cuánto me he alejado de V. R., y veo cada vez me alejo más, es mayor la separación y sin esperanza de recobrar la que he (1) Una prueba n1ás de que el P. MARIANO dirigió a esta ahna extraordinaria "con el pulso que necesitaba", nos la ofrece su actitud frente al voto de que aquí se habla. En su carta del 9 de enero le decía: "¿Quién te ha dado permiso para hacer el voto que has hecho? ¿Te parece a ti que tendrás fuerza y virtud para cumplirlo? Y aunque pudieras cumplirlo, ¿te parece a tí que se puede hacer un voto, y mucho más un voto de tal ca– lidad, sin permiso del Director espiritual? O es que yo estoy puesto para decir "Amén" a todas tus cosas, vayan rectas o vayan torcidas, para después escudarte en tus yerros con el visto bueno de tu Padre espiritual? ... No, hija mía, no; yo jamás daré el visto bueno a lo que vaya torcido; no quiero ni puedo consentir en conciencia tales abusos y atropellos de la dirección... En nombre, pues, de Dios lo deshago, dispenso e irrito, pues para todo ello tengo facultades amplias." En un artículo que aparecerá próximamente en la revista Estudios Franciscanos, podrá comprobar el lector las excelentes dotes de que el P. MA– RIANO estaba adornado para dirigir las almas. También se publicarán allí algunas de las cartas, a las que la M. Sorazu se refiere en su correspondencia.

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