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CARTA CCVII, 8 ENERO 1921 239 de la firme conviccwn de su presencia divina en mi alma.. Varias veces he intentado fijarme en Dios en mi interior, pero otras tantas me he visto trans– portada bien al sufrimiento o bien al mundo material o de los sentidos, como si me lanzaran fuera de mi Dios sin saber quién me arranca de mi centro. Temo mucho la exteriorización, y como dicen que de dos males se debe elegir el menor, he pensado cultivar un pensamiento tétrico que comprende todos los sufrimientos de mi vida, para que el sufrimiento y la tristeza me impidan derramarme por los sentidos y me retengan en la propia concien– cia, ya que en Dios no puedo vivir, pues aunque vivir en mí parece descenso y disipación cuando tengo facilidad de elevarme, ahora que me veo privada de tanto bien y en peligro de una disipación mayor, me parece recogimiento, y lo es ciertamente comparado con la vida exterior de los sentí.dos. Temo si no podré conservarme ni siquiera en este recogimiento de la vida propia, porque estoy persuadida de que para mí no hay término medio, o muy arri– ba o muy abajo; y no le faltan motivos a Dios para negarme los socorros necesarios para evitar el precipicio. Sea bendüo por todo. 2.-Cada vez me veo más lejos de la dirección; sólo en breves momentos me he visto unida a V. R. y con alguna inclinación a volver donde vivía. Lo demás con aversión creciente, alejándome ¡1 toda prisa de la dirección para buscar un asilo :fuera de sus dominios en la soledad absoluta de la crea– ción. Mi situac.ión es dificilísima, pero debo a mi Dios la fo y confianza viví– simas en su infiüita sabiduría, y esto me sostiene; y algunos momentos me hace gozar, paes creo y espero finnísirnamente que mi Dios querido, que po– see una sabiduría infinita y tiene a su disposición infinitos medios y reme– dios, remediará mi situación difícil y humanamente irremediable. ;Digo esto, porque no veo más que la desesperación y el precipicio en todos los caminos que conozco se me han propuesto y se me ocurren. Sólo Dios y su Verbo En– carnado, Sabiduría y Providencia divinas es quien puede procurarme la tran– quilidad, y lo hará abriéndome el nuevo camino que debe conducirme a mi fin, que es El mismo. Sí; lo hará, lo creo firmísimamentc, porque sabe y pue– de hacerlo y es infinitamente bueno y no puede menos de favorecerme. 3.-Ayer renové el voto que hice el 9-ía 6 obligándome también por voto a no manifestar los beneficios divinos que Dios se digne concederme en lo .sucesivo. He aquí la fórmula del voto. Hoy 7 de enero de 1921 renuevo y corroboro los votos y promesas que pesan sobre mi conciencia, y confiando en la vigilancia y protección de mi
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