BCCCAP00000000000000000000899

222 CORRESPONDENCIA DE LA M. ANGELES CON EL P. MARIANO Padre me manda. Como todo lo demás, el cántico Benedictus Dominus Deus, etcétera, admirable, admirable; continúo cantándolo intus varias veces, una después de la comunión, pues en él leo la gloria y alabanza que recibe el Padre de la Generación del Verbo, la excelencia e inefabilidad de la Encar– nación y mil misterios que fascinan y subyugan mi corazón, y me apoyan y avaloran las obsequios que mi pobreza y nulidad tributa a las divinas Per– sonas de la Trinidad y a la deifica Humanidad de Cristo. Es todo así, Pa– dre mío; así me ocurre con todo, que no puedo olvidarlo ni descuidarlo por lo mucho que me gusta, me interesa, etc., etc. 5.-Mas, como siempre, hay algo que se pronuncia más aún en lo que es todo divino; este algo más pronunciado y vivamente impreso en mi alma y que me ocupa más, es lo que ya le indiqué en mis anteriores: el triple vene– ro o principio fontal de las operaciones divinas, o sea el Ser divino dotado de vida e inteligencia infinitas; el que es, vive y se entiende, y conociéndose a Sí mismo se reproduce en el propio seno. En esta luz infinita (no fría, sino ardiente), en Dios Luz que se mira y contempla y se pierde en su Concep– ción o Engendro divino, es donde mi alma vive como de asiento y lo posee todo. A la manera que la Santísima Virgen me eleva al Verbo, cuando me entrego a la Señora; así el Hijo Divino me conduce al Padre, y los momen– tos que me retiene en su poder y en su divinísima Persona, me ocupa bien en alabar al Padre en unión suya, o inspira en mí la necesidad de indentifi• carme con El y me obliga a invocarlo y requerirle para que venga a besar– me, recogerme, absorberme en su mirada divina, y asociarme a la visión in– finita e inefables concepciones de su entendimiento divino, que siento nece– sidad de compartir, etc., etc. 6.-Imposible explicar lo que entiendo y siento; pero así como el Verbo me lleva al Padre, este Padre mío divinísimo me enseña su Unigépito como centro y término de un modo que no sé explicar, pero que me hace ver que mi fin inmediato es la glorificación del Verbo y del Verbo Encarnado, a quien amo y estimo, etc., en unión del Padre divino socorrido del amor del Divino Espíritu. Ni una sola vez he podido robar al Padre su Verbo e Imagen divina en cumplimiento de la penitencia señalada para varios días. Identificada con el Entendimiento divino, asociada a sus divinísimas opera– ciones, le he abrazado, besado, etc., pero robarle no puedo; mi alma se sien– te más unida al Padre Divino que a la propia vida y aparte de que no se lo permitiría el amor de preferencia que profeso a Dios Padre, cree que posee