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CLXII 9 mayo 1920. SUMARI0.-1. La primera necesidad.-2. Cómo su Director espiritual perdió las luces directivas.-3. Me c~nsidero un edificio en minas. M. R. P. Mariano de Vega. Mi venerado y amado Padre: Después de saludarle respetuosamente, postrada a sus pies espero su paternal bendición. 1.-Ayer recibí su grata del 7. Dios se lo pague, Padre mío, la caridad que tiene con su humilde esclava, y le prodigue su luz, gracia y caridad divinas para el feliz éxito de la penosa misión que le ha confiado. Llama sacrificio a mi dirección, ya que le pesa más que cien otras di– recciones. Pues bien: por si acaso no conoce todos los aspectos de la penosa y espinosa misión, voy a recordarle lo que le dije en lejana fecha, esto es: que tengo que ser como la pelota en las manos de un pelotari, que la maneja a maravilla, e imitar sus alzas y bajas, viviendo en lo más alto y en lo más bajo (1). Por esto, la primera necesidad que siento al verme colocada nueva– mente en las paternales manos ele V. R., y tirada hacia lo más alto del cie– lo, es, fíjese bien, de aniquilarme, ele descender a mi nada criminal, y para conseguirlo pido a mi Madre Purísima que me haga sentir el desorden de mis (1) "Sin bajar, nunca he podido subir". Carta 3 marzo 1912. Cf. Itinerario místico, Parte II, pág. 201.

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