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CARTA CLXI, 5 MAYO 1920 15 directores. No recuerdo qué faltas cometía, pero sí que fueron pocas, indeli– beradas e insignificantes. A primeros de julio de 1914 hice confesión general de toda mi vida como preparación para morir, porque me ponía a morir y temí que moriría de repente. Fué entonces cuando destruí la carta epistolar de V. R., relacio– nada con la confesión general de 1910 (3). La confesión no pudo ser más minuciosa y detenida. Creo que puedo estar tranquilísima de todos los peca– dos cometidos hasta la fecha indicada. A partir de esta fecha, hasta que me confié a la dirección del P. Narciso Nieto (4), creo que viví como quien espera al Esposo de un momento a otro para introducirla en la eternidad diéhosa. Cultivé con esmero la pureza de conciencia, vigilando sobre mi conducta para evitar hasta la más leve im– perfección involuntaria, y confesando repetidas veces, corno he dicho, las faltas que cometía. 4.-Tengo necesidad de comenzar de nuevo mi carrera. V. R., arnadísimo Padre, buscará el medio de convertirme y colocarme en mi centro, si es que quiere Nuestro Señor que se encargue de mi dirección. Por hoy no pudo ser más extensa. Me he levantado para escribirle a V. R., por si acaso recibe la carta con retraso, para que le dé tiempo de contestar antes de salir para Roma, y si puede me coloque en mi centro. En mis relaciones con Dios no he hallado a ninguno fuera de V. R.; y como le he significado varias veces durante el tiempo que me dirigí con los PP. Nar– ciso y Alfonso (5), mi Padre verdad fué V. R. delante de Dios. Así lo conocí siempre, y por esto siempre que recibía alguna gracia lo atribuía a V. R., cuyo recuerdo se imponía a mi alma hasta hoy, que hubiera sufrido un desengaño y desilusión, si no conociera las propiedades de la eternidad de mi Dios querido, cuya mirada comprende lo pasado, lo presente y futuro. Sea bendito siempre. Bendiga a su humilde hija, q. b. s. m. con filial respeto, Sor Angeles. (3) Una noticia más detallada de la referida carta se puede leer en el primer volumen de la presente correspondencia. Cf. Itinerario místico, Parte I, pág. 177 y ss. (4) Fué en el mes de julio de 1915 cuando se confió a este director. Véase más ahajo, págs. 118 y sigs.: P. MELCIIOR DE PoBLADURA: Una flor siempreviva, págs. 70-71. (5) Véase más abajo la carta fecha 25 de agosto, págs. 114-140; P. MELCHOR DE Po. BLADURA: Ob. cit., pág. 64.

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