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588 LUIS DÍEZ MERINO Los principales rasgos de su obra y vida han sido recogidos por Th. W egener 7 , y más sucintamente por E. Salmann 8 y W. Hümpfner 9 : en el año 1786 recibió la primera Comunión, y entre los años 1786-1789 trabajó en la granja de sus padres y en las de algunos parientes. En los años 1789-1799 estuvo empleada como costu– rera. En los años 1799-1803 sirvió como criada en casa del organista de Sontgen, deDülmen. Desde los cuatro años empezó a tener visiones frecuentes del Señor, de la Virgen y de los Santos, y hablaba con ellos con mucha familiaridad. Pensaba, en su ingenuidad, que todos los demás niños tenían las mismas experiencias. En el decurso de su vida se fue centrando en la Pasión de Cristo, y todo lo veía a través de la sangre de Jesús, de tal modo que quiso imitar a Jesús que en su flage– lación aparecía como "un pañuelo empapado en sangre", por lo que ella determinó vestir una indumentaria roja. Desde 1798 sintió en su cuerpo los dolores de la Pasión de Cristo, y desde 1812 llevó también visiblemente los estigmas. El año 1802 entró en el convento de las Agustinas de Agnetenberg. A.K. Emmerick recibió muchos dones extraordinarios: se había entregado a un asce– tismo muy exigente, le sobrevenían éxtasis tanto en su trabajo como durante la oración, sea en su habitación o en el oratorio; además experimentaba unas do– lencias extrañas, que no le obstaculizaban para desplegar gran celo religioso. Todo este cúmulo de singularidades creó un cierto malestar en la comunidad religiosa a la que pertenecía; la respuesta de su entorno conventual fue un tanto de distanciamiento. A veces en los actos comunitarios se elevaba hasta las cornisas, y descendía ilesa. En 1813 sufrió una caída, con resultado de invalidez permanente. Esta situa– ción nueva fue la raíz de muchos sufrimientos en su persona, lo que comportó la participación de los sufrimientos de Cristo y la llevó a encauzar sus sufrimientos para aliviar los de otros enfermos. En 1811 el gobierno francés suprimió su convento, por lo que se vio obligada a dejar la vida claustral y albergarse en casa de una viuda devota de Dülmen, que 7 T. Wegener,A.I<. Emmerick, Dülmen 1918. 8 E. Salmann, Worterbuch der Mystik, ed. P. Dinzelbacher, Scuttgart 1989, 136-137; E. Salmann, Gnade undLeid, en Geist undLeben 57 (1984) 322-336. 9 W. Hümpfner, en: M. Viller (ed.), Dictionnaire de Spiritualité, Ascétique et Mystique, París 1937-1995, IV/1, 622-627.

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