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602 LUIS DÍEZ MERINO para pedirle socorro. Vi esta comunicación entre ambos, bajo la forma de rayos que iban del uno al otro. El Señor se acordó también de Magdalena y tuvo piedad de su dolor, y por eso recomendó a sus discípulos que la consolasen, pues sabía que su amor era el más grande después de su madre, y había visto que sufría mucho por él y que no le volvería a ofender jamás 40 • Jesús mostró a Pedro, a cierta distancia del valle, del lado opuesto del torrente de Cedrón una tropa de hombres armados: les habló todavía con serenidad, les recomendó consolar a su Madre y les dijo: "Vamos a su encuentro"... Cuando la Virgen Santísima volvió en sí entre los brazos de Magdalena y de Salomé, algunos discípulos que habían visto los soldados acercarse vinieron a ella y la llevaron a casa de María, madre de Marcos 4 1 • 10.2. María en el prendimiento de Jesús Cuando esta nueva tropa salió del arrabal de Ofel por la puerta de Mediodía, ví a los discípulos que se habían ido juntando a cierta distancia, dispersarse, unos hacia un lado y otro hacia otros. La Santísima Virgen y nueve de las santas mujeres, llevadas por su inquietud, fueron directamente al valle de Josafat, acompañadas por Lázaro, Juan, el hijo de Marcos, el hijo de Verónica y el hijo de Simón. Este último se hallaba en Getsemaní, con Natanael y los ocho apóstoles, y había huido cuando aparecieron los soldados. Estaba contándole a la Santísima Virgen lo que había pasado, cuando las tropas de refresco se unieron a las que llevaban a Jesús, y ella oyó sus gritos estridentes y vio las luces de las antorchas que portaban. Esa visión fue superior a sus fuerzas y la Virgen perdió el sentido.Juan la llevó a casa de María, la madre de Marcos 42 • En la meditación "Jesús ante Caifás" A.K. Emmerick constata: En medio de su amarga aflicción, Juan se acordó de la Santísima Madre de Jesús. Temió que la terrible noticia de la condena de su hijo llegara a sus oídos por boca de un enemigo que se diera de la manera más dolorosa; miró a Nuestro Señor, y dijo en voz baja: "Señor, Tú sabes por qué me marcho", y se fue del Tribunal a ver a la Virgen, como un enviado del mismísimo Jesús. Pedro, lleno de angustia y dolor, y sintiendo más penetrante el frío de la mañana, se acercó tímidamente a la lumbre del atrio, donde mucha gente estaba calentándose 43 • 40 P. Pablo, La amarga Pasión, 50. 41 P. Pablo, La amarga Pasión, 53. 42 P. Pablo, La amarga Pasión, 77. 43 C. López, La amarga Pasión, 97.
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