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124 JOSÉ LUIS ILLANES effectus voliti a Deo, eveniunt contingenter, quia causae proximae sunt contingentes; sed propterea quia Deus voluit contingenter evenire, contigentes causas ad eos prae– paravit29. Dios no ha querido un mundo de seres inanimados. Ni un mundo formado por marionetas que carecieran de actividad propia. Sino un mundo en el que los seres poseyeran no sólo el ser sino la actividad y en el que, como consecuencia, se complementaran unos a otros. Más aún, ha querido un mundo en el que hubiera contingencia y, más concretamente, libertad. Dios, en efecto -y pasamos así a hablar directamente de los seres espirituales, que constituyen el eje del designio creador divino- no quiere esclavos, sino amigos e hijos. Y no hay amistad ni amor filial sin libertad, sin la capacidad, por parte de quienes están llamados a ser amigos e hijos, de tomar posesión de ellos mismos, de su propio espíritu, y orientarlo plena y decididamente hacia el amor. Es precisamente porque Dios buscaba comunicar su amor por lo que ha creado seres no determinados, sino libres, capaces de amar. Podemos reiterar al final de este apartado, lo que afirmábamos al concluir el precedente: la metafísica confluye con la espiritualidad. O también, porque en las relaciones entre fe y razón hay circularidad, que la espiritualidad, la conciencia cristiana hondamente vivida, guía a la razón y la conduce hasta llegar a una más acabada comprensión no sólo de cuanto la fe expresa y formalmente indica, sino de la realidad considerada en la totalidad de sus dimensiones. El deísmo, ¿tendencia odecadencia? Juan Duns Escoto participa de la línea general de pensamiento que, siguiendo a dos de las grandes figuras que le preceden, hemos esbozado hasta ahora. Hay, sin embargo, cuestiones en las que se separa de sus predecesores, entre ellas, una que importa considerar, pues dice relación directa a la problemática relacionada con el deísmo. Esa cuestión es planteada por Escoto tanto en los Reportata parisiensia como en la Ordinatio y en algun otro escrito, siempre con los mismos términos: ¿la omnipotencia divina puede ser demostrada por la razón natural? 30 • Para responder 29 Tomás de Aquino, Summa theologiae, I, q. 19, art. 8 ( ed. Leonina, IV, 244). 30 Juan Duns Escoto, Reportata parisiensia, lb. 1, d. 42, qq. 1-2 (en Opera omnia. Editio minor, II/2, 487-491); Ordinatio, lb. 1, d. 42, q. unica (en Opera omnia. Editio minor, III/1, a cura di Giovanni Lauriola, Alberobello 2001, 731-734).

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