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JOSÉ LUIS !LLANES FE CRISTIANA YCONCIENCIA DE LA CERCANÍA DE DIOS: APUNTES PARA UNA CONFRONTACIÓN CON EL DEÍSMO Pertenecen al núcleo de la fe cristiana no sólo la proclamación de la verdad de Dios, sino también la afirmación de su trascendencia e inmanencia respecto al conjunto de los seres. Dios no es un elemento del mundo, sino que excede por entero a cuanto nos rodea. Plenamente subsistente y perfecto, no necesita del mundo para tomar conciencia de sí o para alcanzar una perfección que ya posee en sí y por sí de manera absoluta. Pero -y esta segunda afirmación es tan básica como la primera- no es un ser lejano, al que el acontecer del universo le resulta indife– rente. Es el Creador, que, en virtud de un acto supremamente libre, no sólo ha hecho surgir de la nada todo lo que existe, sino que lo mantiene en el ser. Su mirada y su poder se extienden de un extremo a otro de la creación, de modo que, con su providencia amorosa, rige el curso de la historia, orientando todos y cada uno de los seres hacia la plenitud a la que liberal y generosamente los ha destinado. Las páginas de la Escritura, sea las del Antiguo sea las del Nuevo Testamento, presuponen esta realidad, de la que manifiestan sus implicaciones espirituales. Limitémonos a citar un pasaje, especialmente significativo: unas palabras dirigidas por Jesús a sus discípulos, que nos trasmite el del Evangelio según San Mateo: No tengáis miedo a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; temed ante todo al que puede hacer perder alma y cuerpo en el infierno. ¿No se vende un par de pajarillos por un as? Pues bien, ni uno solo de ellos caerá en tierra sin que lo permita vuestro Padre. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. Por tanto, no tengáis miedo: vosotros valéis más que muchos pajarillos (Mt 10, 28-31).

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