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74 SATURNINO RUIZ DE LOIZAGA Esta experiencia se ha concentrado o resumido en las instrucciones que él da en la despedida a aquellos frailes que quieren ir entre los sarracenos u otros infieles, instrucciones que no solo eran válidas entonces, sino que son válidas sin límites en el tiempo. En este cuadro de movilización general de la Cristiandad Francisco de Asís y sus primeros compañeros van a vivir las primeras experiencias de predicación y de apostolado entre los sarracenos. "El Señor -decía Francisco a los suyos- ha escogido y mandado los Frailes para la salvación de las almas de todos y no solo en tierras de los fieles, sino tam– bién en aquellas de los infieles", por tanto la voluntad de acercarse "por divina inspiración entre los infieles para salvar sus almas o por el deseo de martirio era por él considerada "la más grande obediencia" 6 • La gran novedad del 1219 fue el envío de hermanos a países musulmanes. Francisco creyó que era el momento de dar el gran paso, enviando algunos de ellos a testimoniar la fe con la predicación y con la propia vida, si era necesario, entre sarracenos. Una decisión importante, pues hasta ese momento las únicas relacio– nes posibles entre el Islam y el Cristianismo eran la Cruzada o la Guerra Santa; Francisco intuye y presagia un nuevo modo de relación más evangélico, basado no en la fuerza de las armas, sino en el poder de la Palabra y el testimonio de la propia vida. En el capítulo 16 de la primera Regla, añadido tal vez este mismo año, se pue– de ver cuál es el nuevo espíritu que impulsaba a nuestro Santo a "ir entre sarrace– nos". Para ir a Túnez se ofrecieron voluntarios dos hermanos: fray Gil y fray Electo, que enseguida provocaron las iras del pueblo con su predicación, y sólo se salvaron porque los pacíficos comerciantes genoveses y catalanes asentados en aquellas tierras, temiendo por sí mismos y por sus familias, los embarcaron a la fuerza de regreso a Italia. Distinta suerte corrieron los cinco hermanos enviados a Marruecos: Berardo, Pedro, Adiuto, Acursio y Odón, decapitados por el mismo rey del país, el 16 de enero de 1220, por su insistencia en anunciar a Cristo como verdadero y único Salvador. La noticia de la muerte de los protomártires franciscanos hizo llorar a Francisco, que exclamó: "ya puedo decir que tengo cinco hermanos menores" 7 • A estos hermanos van a seguir otras remesas de predicadores, de manera que en el 6 Tomás de Celano, Vida Segunda, II, cap. 112 (BAC, 399), 318. 7 Tomás de Celano, Tratado de los Milagros, cap. I (BAC, 399), 361.

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