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LOS FRANCISCANOS Y EL ISLAM 73 Por primera vez en la Regla de una Orden religiosa, venía explícitamente pre– sentado un programa concreto de cómo se deben acercar a los musulmanes y con cuál espíritu se debe vivir en medio de ellos. San Francisco repite las palabras del Señor: Dice el Señor: Ha aquí que os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, pru– dentes como serpientes y sencillos como palomas (Mt 10, 16). Así, pues, cualquier hermano que quiera ir entre sarracenos y otros infieles, vaya con la licencia de su ministro y siervo. Y el ministro déles licencia y no se la niegue, si los ve idóneos para ser enviados; pues tendrá que dar e cuenta al Señor (cf. Le 16, 2) si en esto o en otras cosas procede sin discernimiento. Y los hermanos que van, pueden comportase entre ellos espiritualmente de dos mo– dos. U no, que no promuevan disputas y controversias, sino que se sometan a toda criatura por Dios (lPe 2, 13) y confiesen que son cristianos. Otro, que, cuando les pa– rezca que agrada al Señor, anuncien la palabra de Dios para que crean en Dios omni– potente, Padre, e Hijo, y Espíritu Santo, creador de todas las cosas, y en el Hijo, redentor y salvador, y para que se bauticen y hagan cristianos, porque, a menos qué uno renazca del agua y de/Espíritu Santo, no puede entraren el reino de Dios (cf.Jn 3, 5). Esto y otras cosas que agraden al Señor pueden decirles tanto a los sarracenos como a otros, porque dice el Señor en el Evangelio: A todo aquel que me confesare delante de los hombres, también yo le confesaré delante de mi Padre, que está en los cielos (Mt 10, 32)... 3. Este programa podía aparecer lejos de la mentalidad del tiempo, (estamos en tiempos de las cruzadas), por lo que hay que reconocer explícitamente una directa intervención de Dios, para que realmente Francisco realizase su misión profética, presentando a sus hijos y a todos los cristianos un nuevo espíritu y una nueva acti– tud en relación con los musulmanes. San Francisco había estado en Oriente y allí había visto la violencia de los ca– balleros cruzados. Trató en vano de oponerse y había sido considerado como un loco 4 • Si bien su visita al sultán al-Malik-al-Kamil no hubiera tenido éxito tangible, concreto, se puede dar por cierto que su experiencia en Oriente le había llevado a una convicción rica de consecuencias: a la misión sin violencia, a la misión sin uniones o adherencias políticas5. 3 Primera Regla, cap. XVI, en San Francisco de Asís: escritos, biografías, documentos de la época, ed. preparada por J.A. Guerra (BAC, 399), Madrid 1980, 1O l. 4 Cf. Tomás de Celano,Memoriale, II, cap. 4 (n. 30), en AF X, 149. 5 M. Roncaglia, San Francesco d'Assisi in Oriente, en Studi Francescani 50 (1953) 98-99.

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