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LOS FRANCISCANOS Y EL ISLAM 99 bido, a que los textos del Corán fueron muy poco conocidos, pues no había prácti– camente traducciones al respecto. En resumen, no era fácil esperar una actitud abierta y tolerante entre los teólogos y eruditos de religión contemporáneos. Veremos en definitiva, que el ideal de un diálogo entre religiones aún no se ponía absolutamente. Ese diálogo tardará mucho tiempo en llevarse a cabo. Los primeros autores cristianos que escribieron sobre el Islam fueron cristianos bizantinos, que identificaban a los soldados islámicos con los árabes y los descri– bieron como enemigos hostiles, poderosos y temibles, pero no parecían conocer gran cosa sobre su religión islámica. l. San Juan Damasceno (675-749) Es interesante destacar que el imperio bizantino en un principio consideró al Islam como una clase de arrianismo (una de las principales herejías cristianas) y la colocó en el mismo nivel que otras sectas cristianas. El mismo Juan Damasceno no consideró al Islam como una nueva religión, sino que la consideró sólo una instan– cia de secesión de la verdadera fe cristiana, de naturaleza similar a las herejías ante– riores92. Además de Juan Damasceno hubo otros escritores bizantinos entre los siglos VIII y X que escribieron acerca del Islam, pero fue Juan Damasceno que - vivió en el siglo VIII- el que ha trasmitido a la posteridad una serie de conceptos sobre la nueva religión en su obra más importante El libro de las herejías 93 , en la cual cataloga las aberraciones cometidas en el cristianismo ortodoxo. Juan refirién– dose a sus lectores cristianos les informaba sobre los males del Islam para que no cayeran en la herejía. Tras exponer unos cien errores de la religión, Juan escribe: ...Así pues, en tiempos de Heráclito (emperador bizantino, 610-641), practicaban abiertamente el culto idolátrico. A partir de esa época y hasta nuestros días, un falso profeta, llamado Mohammed, se ha alzado entre ellos, el cual, después de haber toma– do conocimiento por azar del Antiguo y Nuevo Testamento, y de haber frecuentado a su vez con toda probabilidad a un monje arriano, fundó su propia herejía. Después de ganarse el favor del pueblo simulando piedad, insinúa que una Escritura venida del Cielo le ha sido revelada por Dios. Habiendo redactado en su libro ciertas doctrinas risibles, les trasmite esta forma de adorar a Dios 94 . 92 A.A. Vasiliev, History ofthe Byzantine Empire: 343-1453, Madison 1952, 207. 93 Ioannes Damascenus, De haeresibus, en PG 94, 678-780. 94 Ioannes Damascenus, De haeresibus, en PG 94, 770: "Mamed ille cum multa deliramen– ta, ut dictum est, concripserit, eorum singulis nomina indidit. Cuiusmodi est scriptura, seu ca-

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