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98 SATURNINO RUIZ DE LOIZAGA La realidad, sin embargo, no se ajustó a sus idealísticos deseos. En su novela Blanquerna deja entrever que los pacíficos heraldos de la buena nueva no fueron bien acogidos por los infieles, ni éstos eran tan fáciles de convertir como en un principio había supuesto, por lo que no ve otra solución que la violencia 90 • El espíritu de cruzada de 1096, que animaba a los niños o a los zagales del siglo XIII, seguía asimismo animando en el siglo XIV, por ejemplo a Catalina de Siena (1347-1380), cuando escribía a la Señoría de Florencia: "No debemos hacer más la guerra entre cristianos, pero debemos hacerla contra los infieles porque nos injurian y porque poseen lo que no es suyo, sino nuestro: Jerusalén". Apéndice I: Referencias de escritores cristianos sobre el Islam (siglos VIII-XII) El islam y el judaísmo son las dos religiones más próximas al cristianismo, y, de estas dos, el Islam parecía la más cercana debido a la estima en la que se tiene aJesús. En este apartado he tratado de reflejar el pensamiento de algunas significa– tivas lumbreras de la Alta Edad Media -que en definitiva, era el pensar de la Iglesia- y que va a ir también influyendo y permeando de un modo u otro, en los siglos sucesivos. Es un hecho la rivalidad que imperó en la Alta Edad Media entre cristianos y musulmanes, entre el mundo occidental y el mundo islámico. De hecho, desde su comienzo, el cristianismo consideró al Islam como una más de las herejías que acosaban a la Iglesia, pero con el tiempo, los cristianos debieron reco– nocer que no solo se trataba de una herejía sino de una civilización entera. Uno de los enfoques más populares consistió en denigrar a Mahoma, algo que los autores cristianos hicieron con desenfreno a través de un sinnúmero de histo– rias difamatorias 91 • Mahoma era un hombre lascivo y blasfemo, un hombre de violencia que se valía de preceptos religiosos para su propio beneficio, todo lo opuesto a un profeta de Dios. Los teólogos, por su parte, cuestionaban la doctrina y enseñanzas musulmanas: su visión de Dios, de Jesús, de la Biblia, de la fe y de la salvación, del paraíso, etc. En su análisis del islam, estos autores que presentamos, no hicieron otra cosa que juzgarlo a través de sus propios ojos, sin capacidad o interés por conocer los principios de esta religión desde la perspectiva musulmana. En parte, esto fue de- 90 Blanquerna, cap. 87, n. 4 (BAC, 31), 443; cap. 70, n. 2 (BAC, 31) 263; cap. 50, n. 3 (BAC, 31) 287. 91 Véanse las paginas 93-94 y 104-107 de este artículo.

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