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LOS FRANCISCANOS YEL ISLAM 83 de las lenguas orientales -hebreo, árabe y caldeo- en las universidades de París, Bolonia, Salamanca y Oxford, para formar futuros misioneros 37 • Cuando muri6 Raimundo Lulio había pasado cerca de un siglo de la visita de Francisco al sultán de los Sarracenos: la historia del encuentro había ya dejado el puesto a la leyenda. 4. Conclusi6n Un panorama bien distinto se va ir pergeñando y dibujando en los siglos XIV y XV, alejándose ampliamente del programa primitivo diseñado por el Seráfico Padre que hubiera querido ver a sus frailes apartados del ideal de los cruzados beli– cosos y conquistadores. De ahora en adelante les vamos a ver asistiendo a los cruza– dos, a los peregrinos y a los cautivos, convencidos de trabajar en la defensa de la fe. Los mismos frailes franciscanos en Tierra Santa desean llamarse, nada menos, que herederos de los Cruzados. El espíritu evangélico, de caridad, de comprensi6n hacia los musulmanes soli– citado por san Francisco había, pues, venido a menos, entre sus frailes, era, por tanto, una realidad. Hecho éste que parece claro de la lectura del famoso Líber recuperationis Terrae Sanctae ofrecido y dedicado al papa Nicolás III (1277-1280) por el fraile Fidencio de Padua 38 • Este fraile vive el espíritu guerrero de los "cruzados", y no muestra ningún amor y comprensi6n por los musulmanes, y está convencido que s6lo con la "espa– da" se podrá resolver el problema del mundo musulmán. En esta 6ptica encontra– mos comprometidos en la lucha contra el Islam a san Juan de Capistrano (t 1456), brazo derecho de los papas en los años difíciles del apogeo otomano: "persecutor haereticorum et exterminator Turcarum" 39 ; a san Jacobo de la Marca (t 1476), 37 Canon 2; cf. G. Alberigo, G., Les Conciles aecuméniques, París 1994; [trad. case.]: Los concilios ecuménicos, t. II/2, Salamanca 1993, 784-787. 38 Fidentii de Padua, Liber recuperationis Terrae Sanctae, en G. Golubovich, Biblioteca bio-bibliografica della Terrasanta, t. I: 1215-1300, Quaracchi 1906. Este franciscano estuvo presente en el Concilio de Lyón de 1274. Fue vicario provincial de Tierra Santa en 1266; po– seía, pues, un buen conocimiento de los lugares y de los frailes de Ultramar; era también cono– cedor de la lengua árabe y de los estudios cluniacenses sobre el Islam. Vivía todavía en el año 1291. El proyecto de su libro, fue presentado, finalmente, al papa franciscano Nicolás IV. Cf. G. Golubovich, Fr. Fidentii de Padua, Vicarii Terrae Sanctae, en La Verna 9 (1911) 69-78. 39 Himno latino de san Juan de Capistrano.

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