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24 BERNARDINO DE ARMELLADA - JOSÉ ÁNGEL ECHEVERRÍA Caso curioso en relación a Escoto, es que, con motivo del VII Centenario del nacimiento de Escoto, tuve una ponencia en Oxford en 1966, y en el VII Cente– nario de su muerte participé, con un trabajo, en uno de los varios congresos esco– tistas (Milán, noviembre 2008). No sé si soy caso único como participante en los dos centenarios del nacimiento y de la muerte. J.Á.E.: De otrasfiguras de importancia menor ¿cuáles le parecen más sugerentes y porqué? P. Bernardino: Sabemos que los que pasan por grandes lo son dentro de una constelación de maestros cuya originalidad resulta difícil de precisar. Entre los muchos que me fue preciso consultar en mi tema restringido del "Sobrenatural', encontré interesantes, por ejemplo a Francisco de Liqueto, Bartolomé Mastrio, Bartolomé Barbieri. De estos dos últimos me ocupé posteriormente de modo especial. J.Á.E.: P. Bernardino, examinando los títulos de su prolífica producción teoló– gica, uno descubre que sus preferencias están por Escoto, incluso más que por san Buenaventura, ¿a qué se debe esta predilección? ¿Dónde reside fundamentalmente la grandeza, y también los límites, de Escoto? P. Bernardino: Es como preguntar a un niño a quién quiere más, ¿al padre o a la madre? Con todo el cariño que tengo por la sapientia como paso de la teología a la santidad, según san Buenaventura, la visión, que hoy podríamos llamar global, del cristocentrismo de Escoto, expresión inefable de la liberalidad gratuita de Dios, summum Opus Dei, responde plenamente a mi inquietud tanto intelectual como afectiva. Respecto a grandeza y límites de Escoto me dejo enseñar por prestigiosos escotistas actuales: Giovanni Iammarrone, por ejemplo, señala en Escoto una con– centración unilateral en Cristo como Verbo encarnado, muy metafísica y dando escaso relieve a la praxis histórica de Jesús. Orlando Todisco, por otra parte, ha lo– grado una presentación -que yo considero positivamente desafiante- del pensa– miento franciscano capaz de orientar nuestra actualidad occidental tan desorientada. Subraya, por ejemplo, el mensaje de libertad y trascendencia de la metafísica de Escoto frente a una mentalidad agarrotada en su intelectualidad fría y mecánica. Una de sus más repetidas expresiones es ver la "libertad ( = amor) como alma de la verdad", mostrando "la libertad creativa (como) dimensión esencial de la antropología".