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116 BERNARDINO DE ARMELLADA na, que considera con tierno afecto el nacimiento, infancia, pasión y muerte de Jesús. Todo este ambiente puede ser considerado como invitación a la imitatio Christi mediante la cercanía en la confianza y en el amor. En contraste con esta espiritualidad franciscana - y se verá también en contraste con algunos postulados del Ockhamismo en la segunda mitad de este siglo - perdura en la Iglesia la espiritualidad intelectualística a que se ha hecho alusión, también ésta en consonancia con la teología intelectualista del siglo XIII. El más famoso autor espiritual de esta línea al principio del siglo XIV es el Maestro Eckhard. Este gran dominico desarrolla un idealismo místico en la dirección intelectualística del tomismo. Aunque el alcance de sus expresiones resulta de difícil comprensión, su pensamiento apunta a una especie de trans– formación del hombre en Dios mediante el entendimiento que deja fuera de juego las realidades sensibles e incluso la misma diferencia personal de la criatu– ra. La bula "In agro dominico" de Juan XXII (27-3-1329) condenaba 26 errores sacados de las obras de Eckhard. Una de las proposiciones dice así: "Cuanto es propio de la divina naturaleza, todo eso es propio del hombre justo y divino. Por ello, ese hombre obra cuanto Dios obra y junto con Dios creó el delo y la tierra y es engendrador del Verbo eterno y, sin tal hombre, no sabría Dios ha– cer nada" 36 • Doctrina oscura y paradójica, que hoy se trata de explicar en un cierto sentido místico y figurativo. Juan Taulero (t 1361), dominico como su maestro Eckhard, describe tam– bién la unión mística con Dios como un desembarazarse de toda imagen y es– pecie para encontrar, con absoluta desnudez, la alta, la superesencial divinidad, que habita dentro de nosotros. De Enrtque Susón (t 1366) se dice que, si bien su doctrina mística se inspira en Eckhard y se asemeja a la de Taulero, se distin– gue de ambas por un talante afectivo, cuasi-franciscano, propio de su tempera– mento poético y sentimental. Por otra parte, anulamiento y absorción en el pélago de la divinidad seria el culmen de la contemplación mística según el "admirable" místico flamenco Juan de Ruysbroquio (1381). No obstante esta persistencia intelectualista, la espiritualidad más caracte– rística del s. XIV y que tendrá un influjo más considerable en el siglo siguiente, 36 "Quidquid proprium est divinae naturae, hoc totum proprium est homini iusto et divino; propter hoc iste horno operatur quidquid Deus operatur, et creavit una cum Deo caelum et terram, et est generator Verbi aetemi, et Deus sine tali homine nesciret quidquam facere" (DSch, 963).

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