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94 BERNARDINO DE ARMELLADA tradicionalmente reconocidos como propios de la espiritualidad franciscana, bien sea como promoción activa de los mismos o simplemente como acomodación pasiva al talante de dicha espiritualidad. En segundo lugar se verá hasta qué punto influye, bien en contraposición o bien en yuxtaposición dinámica, en las corrientes de espiritualidad del siglo XN. El tema no resulta fácil. Guillermo de Ockham no es un autor, como se dice, espiritual. En el catálogo de sus obras no se encuentran tratados devocio– nales o místicos, y sus escritos teológicos respiran más bien un aire polémico– crítico donde no aparecen para nada elevaciones místicas. Si nos atenemos, pues, a la visión tradicional de Ockham e incluso a cier– tos estudios recientes, v.gr . el de Erwin Iserloh sobre "La gracia y la Eucaristía en la teología filosófica de Guillermo de Ockham", junto con la introducción de J oseph Lortz al mismo libro, nuestro ''V enerabilis Inceptor", habría roto con la espiritualidadfranciscana lo mismo que con la teología tradicional. Su teolo– gía sería pura lógica, carente de la más mínima referencia al aspecto de "anuncio" y "adoración" en relación con Dios y con J esucristo 3 • Es un hecho, además, que la amplia bibliografía reciente sobre un Ockham revalorizado, mira casi exclusivamente a su obra, en cuanto que él habría sistemado y en gran parte completado el proceso conceptual y meto– dológico de la lógica y de la filosofía del lenguaje y de la naturaleza, en una cierta sistemación que será llamada con más o menos acierto "nominalismo". A esto se añade que, después de su huida de la corte pap~l de Aviñón (1328), Ockham toma parte importante en las discusiones políticas y jurídicas entre la Iglesia y el Estado, cuya repercusión llegará a los tiempos de la reforma protestante 4 • 3 "Man lese Ockhams Erorterungen über die Zahl der Unionen bei der Menschwerdung des Logos. Was vermochte das, auch damals, zur Rechtfertigung und zur Anbetung, zum Aufbau des Reiches Gottes beizutragen? ... dal3 Ockham, trotzdem er an der orthodoxen Gesamtgrundlage der Kirche festhalten will, doch unreligios, destruktiv, dialekrisch spitzfindig vom unrealen Grenzfall her denkt, bietet Iserlohs Arbeit in solcher Fülle, dafl es wohl überflüssig ist, auf einzelne Belege zu verweisen": J. Lortz, en E. Iserloh, Gnade undEucharistie in der philosophischen Theologje des Wilhelm von Ockham. Ihere Bedeutungflir Ursachen der Reformation, mit einer Einleitung von J oseph Lortz, Wiesbaden 1956, XXIX y XXXI. 4 Cf. Die Gegenwart Ockhams, herausgegeben von W. V ossenkuhl - R Schonberger, Weinheim 1990, Vonvort, V.

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