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108 BERNARDINO DE ARMEILADA en que Dios graciosamente se ofrece y el hombre libremente acepta y se ofrece en correspondencia 20 • La característica afectividad de la devoción franciscana encuentra en esta visión teológica su dimensión más profunda. 3. Otro tema que está en el corazón de la espiritualidadfranciscana es la idea y la realización práctica de la pobreza. Hemos ya aludido a la situación confusa y lamentable en la que Ockham se vio implicado en confrontación con el Papa a causa de dicha cuestión. A este respecto no podemos dejar de apreciar, dejando de lado los modos y circunstancias que nos parecen objetivamente reprensibles, la razón más profunda de su actitud, que sigue siendo un signo profético y es- . timulante para nuestros tiempos, para la Iglesia y para la Orden franciscana, dos realidades siempre en crisis de reforma ("ecclesia semper reformanda''). En los escritos polémicos de Ockham, - repito que, prescindiendo de la circunstancia personal propia y la del Papa Juan XXII de Aviñón -, es posible adivinar la intención profunda del cuadro que él delinea de Cristo y de la Igle– sia, donde aparecen claramente sus visiones teológicas fundamentales. Su idea de la Iglesia corresponde a la visión franciscana de fe y de comunidad, incom– patible con el empeño por conquistar cualquier especie de poder mundano. Se demuestra que el Papa no tiene de Cristo tal plenitud de poder, por el hecho de que el principado papal es un principado instituido para el bien común y no para honor y provecho del Papa 21 • Más bien, todo el esfuerzo del Vicario de 20 "Circa secundum dico quod Deus non de necessitate acceptat actum elicitum ex caritate creata, loquendo de necessitate absoluta, sed potest de potencia sua absoluta illum actum non acceptare, accipiendo 'non acceptare' pro non velle ciare alicui vitam aetemam. Quod probo, quia secundum sanctos Deus nihil agit ad extra de necessitate, nec aliquid aliud a se vult necessario; igitur quocumque actu posito in quocumque viatore, Deus non de necessitate naturae vult sibi ciare vitam aetemam, et per consequens potest talem actum non acceptare... Secundo dico quod de necessitate acceptat actum elicitum ex caritate, loquendo de necessitate ex suppositione, quia haec consequentia est necessaria: Deus ordinavit et instituit per leges iam datas quod talis actus sic elicitus sit acceptandus, igitur Deus illum actum iam elicitum acceptat; quia antecedens non potest esse verum sine consequente, et tamen tam antecedens quam consequens est simpliciter contingens". Quodlibeta septem, edidit Joseph Wey, St Bonaventure, N. Y. 1980; Opera theo!o¡jca, lX; l. VI, q. 2: Utrum Deus de necessitate acceptet actum elicitum ab habente caritatem creatam-. p. 590s. 21 "Adhuc quod Papa non habeat talem plenitudinem potestatis aperte monstratur per Apostolum, qui 2 Cor. ultimo ait pro se et universis praelatis Ecclesiae: Haec absens scribo non ut

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