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OCKHAM EN LA ESPIRITUALIDAD DEL SIGLO XIV 107 nal de desobedecer a Dios. Mientras la norma objetiva del obrar moral está constituida por la voluntad de Dios, la subjetiva no es otra cosa que la respuesta personal a esta voluntad. "El llamado 'voluntarismo' de Ockham tiene, por tanto, un solo significado: para convertir en moral una acción es decisivo el peso de la voluntad de amar a Dios, o sea el voluntarismo es una ética del amor" 17 . Especialmente en este punto aparece la coherencia franciscana de Ockham en la concepción de la gracia y del mérito, magistralmente desarrollada por el B. Juan Duns Escoto, es decir, que ninguna entidad creada puede significar exi– gencia absoluta ante Dios. Ockham sostiene que "de hecho nadie cumple un acto meritorio sin que la caridad creada (gracia santificante) se halle formal– mente en el alma. Y esto, dice, hay que admitirlo por la autoridad de los san– tos"18. Sin embargo, lo que principalmente se requiere es la aceptación de parte de Dios, aceptación libre y no determinada por ningún motivo creado, ni si– quiera por la gracia santificante: "Ningún acto realizado en virtud de las puras fuerzas naturales o por cualquier causa creada puede ser meritorio: sólo lo es por la gracia de Dios que voluntariamente lo acepta" 19 . Tanto en el orden natu– ral como el sobrenatural vale el principio de que "en toda operación ad extra Dios obta como causa contingente, o sea libre de toda necesidad o condicio– namiento". Se exalta así el supremo dominio de Dios y su independencia res– pecto de cualquier motivo creado. La doctrina de la aceptación divina como razón profunda y última del mérito viene a decir que la relación del hombre a Dios en modo alguno se convierte en exigencia inexorable de parte del hombre o conquista irresistible nacida del esfuerzo humano. La suma de todas estas consideraciones nos certifica que estamos ante un constante diálogo de libertad, 17 A. Ghisalberti, Introduz!one, 33. 18 "Caritas aliqua creata... praesupponitur omni actui meritorio. Nec aliquis de facto actum meritorium elicit sine tali caritate formaliter informante. Et hoc tenendum est propter auctoritates Sanctorum, quae hoc sonant". I Sent., d. 17, q. 3; Opera theologica, III, 477s. 19 "Ideo dico aliter ad quaestionem, quod non includit contradictionem aliquem actum esse meritorium sine omni tali habitu supematurali formaliter informante. Quia nullus actus ex puris naturalibus, nec ex quacumque causa creata, potest esse meritorius, sed ex gracia Dei voluntarie et libere acceptante. Et ideo sicut Deus libere acceptat bonum motum voluntatis tamquam meritorium quando elicitur ab habente caritatem, ita de potentia sua absoluta posset acceptare eundem motum voluntatis etiam si non infunderet caritatem". I Sent., d. 17, q. 2; Ordinatio, Distinctiones W-XVllI, edidit Girardus I. Etzkom, St. Bonaventura, N.Y. 1977; Opera theologica, III, 471s.
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