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106 BERNARDINO DE ARMEU..ADA puede darse ningún ejemplar necesario - ideas ejemplares o conceptos univer– sales - que contraseñen con el sello de la indispensabilidad o de la exigencia indeclinable cualquier orden creado. Esta visión de la contingencia ha escandalizado desde siempre a los que contemplan a Ockham desde perspectivas diversas. Les parece que eso equivale a negar la ley natural, a no distinguir radicalmente entre el bien y el mal. El mundo habría sido dejado a merced de la arbitrariedad absoluta. Evidentemente Ockham afirma y reconoce leyes que presiden la marcha del mundo y una ley moral dada por Dios, que el hombre debe seguir para su correcta autorrealización y para no caer en la aberración del mal. Lo que Ockham quiere decir es que, del mismo modo que existe actualmente este or– den, nada impide que Dios haya podido establecer un orden diverso. Y el signi– ficado de sus afirmaciones alternativas, que a veces suenan demasiado arriesga– das, incluso escandalosas - como suponer, p. e., que la prohibición de la blas– femia no sería, de parte de Dios, una exigencia natural absoluta - es simple– mente que en la criatura no existe fundamento para cualquier exigencia incon– dicionada sea de orden físico sea de orden moral. Todo en ella es contingente y condicionado a la voluntad de Dios. Por tanto, no se puede hablar de un orden físico metafísicamente necesa– rio, lo que equivaldría a negar la posibilidad del milagro, en que Dios puede contravenir las leyes físicas ordinarias. Mucho menos se puede conceder a las leyes morales un carácter de absolutez que vaya más allá de la voluntad divina. De hecho, el orden moral, donde Dios y el hombre se unen, no a nivel de natu– raleza, sino de personas, no es concebible si no en el campo de la libertad 16 • ¿Qué significa "hacer el bien y evitar el mal"? Una vez más las ideas abstractas no pueden ser la cualificación suprema de los actos concretos. El bien y el mal vienen últimamente personificados en Dios, en su volunta.d respecto de los hombres, respecto de mí concretamente. Hacer el bien es un acto de obediencia libre, es decir un acto de amor. Un acto de amor hacia Dios que manda estas acciones concretas. Del mismo modo una acción mala implica la actitud perso- 16 O. Todisco quiere ver en la idea ockhamiana de la 'omnipotencia divina' cierta relación con el tema de la 'libertad cristiana'. Ésta desempeñaría "en el ámbito de la perspectiva ecle– siológica y política la misma función central que el tema de la omnipotencia divina representa en el ámbito de la perspectiva filosófica por cuanto concierne a la crítica del 'naturalismo aristotélico' ", ibid., 409 nota 9.
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