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28 BERNARDINO DE ARMELLADA - JOSÉ ÁNGEL ECHEVERRÍA que dan tema a sus sermones. Muchos estudiosos han entresacado diversos temas o misterios. Yo he escrito sobre su teología de la Eucaristía, sobre el Espíritu Santo, sobre su concepción de la vida espiritual, sobre la mística (dos artículos que han sido traducidos al inglés y al polaco). J.Á.E.: ¿Cómo es la mariología de san Lorenzo de Brindis, cuáles son sus puntos fuertes, y qué puede decir esa mariología a la actual? ¿o esa mariología es difí,cil de compaginar con la mariología postconciliar? P. Bernardino: Hoy se prima el recurso a la Sagrada Escritura y a los Santos Padres más que a las deducciones metafísicas. San Lorenzo tiene esas dos cualida– des en grado máximo, dado su conocimiento extraordinario de la Sagrada Escri– tura en las lenguas originales. Es evidente que la mariología, como la teología en general, no progresa inventando cosas absolutamente nuevas, porque tiene que mirarse siempre en las figuras más representativas en los diversos momentos del pasado. Y san Lorenzo, en concreto, ha sido reconocido por uno de los mariólogos más importantes de la primera mitad del siglo pasado, como un punto excepcional de confluencia de la teología católica en los años posteriores a T rento. Se trata de Gabriele M. Roschini, quien cataloga a los mariólogos del tiempo de san Lorenzo dividiéndolos en: 1) controversistas: san Pedro Canisio, san Roberto Belarmino; 2) teólogos: Francisco Suárez, Pedro Antonio Spinelli; 3) espirituales: san Francisco de Sales, Francisco Poiré. Y concluye que san Lorenzo fue las tres cosas a la vez "en felicísima síntesis". Desde el principio que considera "primero y clave" de todos sus razonamientos, es decir, la maternidad divina de María, presenta una mariología se– rena y devota sin deducciones extravagantes. J.Á.E.: P. Bernardino, usted ha escrito muchos artículos de divulgación religiosa, sobre todo en la revista "Evangelio y Vida'; e incluso algunos catecismos para insti– tutos, cuando era profesor de teología en León, siempre centrados en temas muy teoló– gicos y variados y en las verdades de la fe. ¿A qué se debe esta insistencia, quizá a las deficiencias que encuentra en el hombre actual? P. Bernardino: Las deficiencias del hombre (y de la mujer) actual son bien conocidas, aunque por desgracia no reconocidas por muchos en su negatividad de– letérea. Con otros compañeros profesores de León preparamos textos de Religión

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