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OCKHAM EN LA ESPIRJTUALIDAD DEL SIGLOXIV 95 No obstante todo esto, la figura de Ockham, con el innegable influjo de sus nuevas interpretaciones de la filosofia y de los datos revelados en el proceso ideologico del siglo XN (e igualmente de los siglos siguientes), no podia menos de encontrar algun eco en la vida espiritual de su tiempo. Dejamos en el trasfondo de nuestras reflexiones puntos frecuentemente tratados en la bibliografia actual sobre la biografia religiosa y politica de Ockham, lo mismo que su paso de la ontologia a la filosofia del lenguaje, su vision del Dios de la raz6n f.rente al Dios de la fe y su ética voluntarista. Con muchos autores reconocemos e1 contenido positivo de la actitud ockhamiana corno respuesta adecuada, cristiana y franciscana a los signos de los tiempos, sin dejar de advertir el lado arriesgado de algunas de sus expresiones. Quiero ocuparme ahora en recoger algunos elementos espiritualmente mas significativos y analizarlos en perspectiva de vitalidad espiritual franciscana y confronta.tlos con otras espiritualidades o cstilos de vida cristiana en el ambito del siglo XIV. Evidentemente sera indispensable la descripci6n - al menos co– rno alusion - de algunos puntos de su doctrina filosofica y politica que ayuda– ran a percibir mejor el mensaje espiritual frauciscano que podemos extraer aun hoy de su vida ardua y compleja. Una mirada sobre la situacion social y religiosa en que vivio Guillenno de Ockham es indispensable para medir en lo posible el alcance significativo de su persona y de sus ideas. De todos modos, el resumen historico que llenara el espacio de la primera parte de nuestro estudio, no pretende ningun descubri– miento origina~ antes bien se circunscribe a los datos relativamente firmes que nos ofrecen los historiadores competentes. La .tituacidn socio-religiosa del siglo XIV No es cuestion de poner énfasis en el caracter de crisis que domina todo el siglo catorce. Los historiadores han encontrado mas que razones suficientes para titulos corno éste: El .rig/Q caf(Jr'Ce, crisis de la Europa octidental Aqui nos basta– ran algunas ligeras indicaciones: Por una parte las monarqufas nacionales se oponen activa o pasivamente a la hegemonia del emperador, mientras, por otta parte, esas mismas monarqufas se ven en la necesidad de moderar los intentos de la aristocracia, cada dia mas empefiada en àfuma.r las propias posiciones y aumentar los propios privilegios. La fragmentacion socia! se convierte en ame– naza generai. Francia e Inglatetta se enzarzan en una guerra de cien afios, en

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