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LA VOCACIÓN MISIONERA ENTRE LOS CAPUCHINOS ESPAÑOLES 445 instante de su eterna irreparable perdición, creyésemos que nos dicen con la mayor angustia de su corazón lo que a nuestro amabilísimo Redentor el padre del energúmeno: Si quid potes, adiuva nos misertus nostri (Me. 9, 25), porque hallándonos con arbitrios para evitar su perdición, haríamos formal escrúpulo de abandonarlos de este modo por la causa que a ello en cierto modo damos con nuestra omisión y negligencia ». Entre exhortaciones paternales, amenazas de condenación eterna y promesas de premios temporales y espirituales, por fin se logró re– mover los conventos andaluces, y las vocaciones volvieron a presen– tarse en número consolador. En junio de 1793, a raiz de la circular, hiciéronse a la vela cuatro padres; en octubre del mismo año, otros dos; en abril de 1795 llegaban a Caracas nada menos que once 33 • El 28 de abril de 1796 zarpaba de Cádiz una expedición para la misión de Los Llanos y fue el mismo beato Diego quien en tal ocasión tuvo el sermón de despedida en la iglesia de capuchinos de la ciudad. Glosó el texto Ecce ego mitto vos sicut oves in medio luporum (Mt. 10, 16), y animó a los expedicionarios con la consideración de que Cristo es quien los enviaba y debían confiar en su gracia para la gran labor que iban a realizar con su ministerio apostólico 34 • b) Privilegios y exenciones a los misioneros El siglo XVIII es, en las órdenes mendicantes, el siglo de la carrera tras las situaciones de excepción, un afán incontenible por hallar nuevos títulos para un tratamiento honorífico, un alivio en la observancia, un privilegio, una exención de las cargas comunes. Era corriente que, cuando un religioso creía haber prestado servicios notables a la Orden, reclamara luego una recompensa de ese género, como en otro estado hubiera aspirado a una prebenda o a una pen– sión. En los tiempos del puro idealismo apostólico aun la misma idea de premiar con tales recursos la labor del misionero veterano habríase considerado ofensiva; pero los tiempos habían cambiado. La provincia de Aragón parece que se adelantó a las demás en adoptar este procedimiento. Por real orden de 11 de septiembre de 1770 se concedía a los que hubieran pasado diez años en las misiones « exención de Misas de tabla, de predicar y de hacer oficina » 35 • 33 FnorLÁN DE RIDNEGRO, Misiones..., 298, 304. 34 Sermón, que a los RR. PP. Misioneros Capuchinos de la Provincia de Andalucía, des– tinados a las Misiones de Caracas en las Indias Occidentales, en el 28 de Abril, día de su embarque, reunidos en la Iglesia del Convento de Capuchinos de Cádiz, año de 1796, dixo el V.M. R. P. Fr. Diego Josef de Cádiz, Misionero Apostólico del mismo Orden, y de Propaganda Pide. Obra Póstuma. En Sevilla: Por D. Félix de la Puerta, En Calle Vizcaynos, Núm. 14. 46 pp. Ejemplar existente en el Archivo Prov. de Capuchinos, Sevilla. Otro en el British Museum de Londres. 35 FROILÁN DE RIONEGRO, Cartas y documentos..., 56.

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