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444 LÁZARO DE ASPURZ En 1785 fue necesaria otra circular del nuevo provincial de An– dalucía, P. Ciriaco José de Málaga, con el mismo objeto. A los seis de la expedición proyectada y nunca reunida había que añadir ahora otros dieciocho, por la extrema necesidad a que estaban llegando las reducciones y porque estaba en gestación un plan de « el colegio o seminario del Socorro en las inmediaciones de Santa Fe». El docu– mento, en cuya redacción no aparece la mano del beato Diego, está saturado de regalismo servil y declamatorio. Insiste en los siguientes motivos, traídos con bastante arte y no escaso ardor retórico: 1) el amor infinito que Dios tiene a las almas y el precio de la sangre redentora de Cristo; 2) el espíritu de la Orden y el ejemplo del será– fico Fundador, no menos que el pasado misionero de la provincia de Andalucía, tan glorioso; 3) la gratitud al Soberano, que tanto distin– gue a los capuchinos, y el deber de secundar como fieles vasallos sus deseos de extender la fe; 4) la necesidad extrema en que se hallan las pobres almas de los indios y la escasez de operarios; 5) el pensamiento del premio que Dios reserva a los apóstoles de su Evan– gelio; 6) los premios temporales que ofrece el rey y la provinciaªº· Esta vez parece que la cosa fue en serio. Para 1787 habían parti– do ya 13 expedicionarios; faltaban 11 para llenar el número de 24 que urgían de Madrid 31 • El provincial, P. Felipe María de Ardales, recurrió nuevamente al beato Diego. La nueva circular, obra de éste, está fechada en Sevilla el 13 de abril de 1793 32 • Eran los días de la guerra de las potencias contra la Convención francesa, guerra que tanto entusiasmo despertó en España; el beato toma pie de ello para poner el acicate al celo de los religiosos: « Sírvanos de confusión, ya que no sea de estímulo, el ver y oír el sinnúmero de gentes de toda condición, clase y estado que, así en nuestra católica Monarquía como en otros reinos de la Europa, se presentan a sus respectivos soberanos, ofreciendo sus facultades, sus bienes y sus personas para la guerra contra los enemigos de la reli– gión, de la iglesia y del estado; y sonrojémonos de que, siendo mayor nuestra obligación y la causa más sublime, aun no hemos hecho una pequeña parte de lo_ que ellos hacen ». Como recurso principal insiste esta vez en el peligro que corre la salvación de las almas de los indios : « Tal vez no sería tanta nuestra indiferencia en este particular si, figurándonos a cada uno de aquellos pobres indios en el tristísimo 30 FROILÁN DE RIONEGRO, Misiones..., 252-257; cf. 217-220. 31 Cf. FROILÁN DE RIONEGRO, Cartas y documentos..., 12s, 14s. sz Pastoral, que exortando a sus súbditos para las santas misiones de América dirigía el R.P. Provincial de Andalucía, del Orden de Capuchinos, y de su mandato escribió el V. Padre Fray Diego José de Cádiz, misionero apostólico, etc. Año de 1793. Obra póstuma. Madrid, año 1821. Imprenta de D. Fermín Villalpando, impresor de cámara de S.M. 8 pp. en 4°. Ejemplar existente en el Archivo Provincial de Capuchinos, Sevilla.

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