BCCCAP00000000000000000000858

LÁZARO DE AsPuRz, O.F.M.Cap. LA VOCACION MISIONERA ENTRE LOS CAPUCHINOS ESPA:r,j"OLES EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVIII Se ha convenido en presentar al siglo XVIII, en la historia de las misiones, como época de decadencia o de esterilidad progresiva. A la verdad, comparado con los dos siglos anteriores, los de las gestas espectaculares, y con el XIX y XX, los de la ocupación misionera mundial, el siglo del iluminismo y del regalismo aparece como un paréntesis deprimente. Sin embargo, no le faltó grandeza desde mu– chos puntos de vista: es el siglo de la persistencia heroica en China y Tonkín, el de intentos generosos como la misión del Tibet y avances de gran empeño como la evangelización de la alta California; pero, sobre todo, es el siglo de la labor, tanto más grandiosa cuanto más oscura y paciente, de consolidación de las nuevas cristiandades en América y Filipinas, de reducción del indio salvaje, primero a la vida social, después a la comunidad espiritual de la Iglesia. Durante el siglo XVI y primera mitad del XVII la evangelización tuvo como objetivo las regiones más pobladas, culturalmente mejor preparadas y climatológicamente más llevaderas. Toda la acción pastoral puede decirse que fue entonces específicamente misional. Pero una vez organizado el coloniaje, con sus ciudades, sus audiencias, sus gobier– nos y virreinatos, una vez implantada la Iglesia con su jerarquía, sus cabildos catedralicios, sus parroquias, sus conventos, sus uni– versidades, fue cada día más marcada la diferencia entre el personal eclesiástico de las poblaciones asentadas - clero parroquial, con– ventos de observancia, casas de formación, colegios - y el elemento estrictamente misionero de las avanzadas, ya sea el dedicado a las doctrinas o poblados de indios neófitos bajo régimen de excepción, ya el ocupado en las conversiones o reducciones de indios nómadas. El contingente de la primera clase y una buena parte del clero de las doctrinas capaces de ser estimadas como beneficios rentables estaba constituído por clérigos o religiosos criollos; por el contrario las misiones vivas - «reducciones», «conversiones», «entradas» -

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz