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356 VALENTÍN DE SOTO agradecer a los que pueden ser maestros míos el haberse dignado de leer mis escritos » 35 • No cabe duda; el P. Jaime tenía conciencia clara de su responsabili• dad: si el predicador debe consagrarse en cuerpo y alma al bien de los fieles, es imperativo de la vocación de escritor darse todo a los lectores. El verdadero alcance de la acogida de sus obras morales se ha de medir ante todo por el número de ediciones. Y como compues– tas en lengua vulgar han sido traducidas a otros idiomas, dedicamos a ambos temas, ediciones y traducciones, sendos apartados. l.• Ediciones Al poco tiempo de aparecer, las obras del P. Corella se convirtieron en un excelente negocio; lo que quiere decir que libreros e impresores se dedicaron por su cuenta y razón a multiplicar las ediciones, sin res– peto alguno a los derechos del autor 36 • El P. Jaime, que no pretendía en sus escritos « otro fin que la pública utilidad de confe• sores y penitentes » 37 , se congratulaba de que por este medio se exten– dieran más y más. Sólo que las muchas deficiencias de presentación a que esto dio lugar le tenían profundamente preocupado. « Pudiera dar el parabién a mis obras del agrado que han logrado en estos reinos..., pero viéndolas confundidas con tantas erratas, que algunas merecen llamarse errores, convierto en pesares tristes lo que debiera celebrar con alegres parabienes » 38 • Quejas en este sentido vuelven con insistencia en diversas ocasiones. Pero esta anarquía reinante en la impresión de sus obras dificulta enormemente la labor, al querer determinar el número exacto de edi• ciones, siendo así que el número de referencia que traen algunos to– mos no responde al número preciso de las mismas. Aun conscientes de la imperfección del elenco, enumeramos por orden cronológico aquellas ediciones, de que se ha podido adquirir alguna noticia, des– cribiendo bibliográficamente la primera de cada obra. A) PRÁCTICA DEL CONFESONARIO 1686, Pamplona. - Primera parte. PRACTICA I DEL I CONFESSONARIO I Y EXPLICACION DE LAS 65 PROPOSICIONES CONDENADAS POR LA SANTIDAD / DE N.S.P. INOCENCIO XI. SU MATERIA. J LOS CASOS •• !bid. so « Este mi aprecio [por la gran difusión de sus escritos] no puede dejar de estar acompañado de justísimas quejas, de que no haya merecido el autor la noticia de que se hacían las impresiones, para corregirlas de los defectos que ocasionó la mala colocación de los moldes» (Conferencias morales I, Prólogo apologético, p.XXXI). 37 Práctica del confesonario I, ed. Barcelona 1695, Prólogo. 38 Conferencias morales I, Prólogo apologético, p.XXXI.