BCCCAP00000000000000000000852

'• 332 CORRESPONDENCIA 'DE LA M. ÁNGELES CON EL P. MARIANO y cartas que he escrito desde que estoy en esta santa casa, y no permitirme jamás volver a mentar siquiera de nada de lo que he hecho o creído haber pasado ·por mi alma más que de ~os pecados sin número graves, gravísimos, que he cometido, y que si no hace · esto conmigo moriré dando lastimosos ayes a causa de los terribles remordimientos de conciencia que me asaltarán en mi última hora, y me iré al infierno. ¡ Si viera, Padre mío, qué tristeza tan desga– rradora, qué pena tan grande se apodera de mi alma cuando me viene esta idea! Me dan ganas de abandonar la dirección o encerrarme en mi propio criterio y voluntad y no obedecerlP- en escribir, pedirle todas mis cartas, recoger todos inis escritos y hacer con ellos una hoguera, y no volver jamás a escribir ni una letra, que me mande, que• no me mande ; pareciéndome que estoy obligada a portarme de esta manera por ser mi vida una pura ficción, y que quien me dice lo -contrario no me conoce. En estos apuros, como me parece que esto que digo es verdad y que me lo dicta así mi conciencia, y, por consiguiente, Dios, le su– plico que, siquiera por lo mucho que ama su Majestad y es el que ha establecido la ley de la obediencia, no permita que me pierda y condene por obedecer, que dé luz a V. R. para que conozca que soy hipócrita, una pura mentira y que no sé hablar verdad, para que me lleve por otro camino y no me obligue a escribir ni comuni– car nada bueno de lo que yo veo o entiendo o quiero hacer ver que pasa por mi alma. Y si en castigo de mi soberbia merezco yo que V. R. form·e un juicio equivocado de mí y me lleve por caminos que no debo, no permita que me condene; pues sería ·muy triste cosa condenarse un alma por obedecer, máxime costándome tanto el obe- decer en ciertas cosas, com0 escribir, etc. ¡ Cuánto sufro! ¡ Y qué miedo tengo de condenarme por mis escritos ! Según me dice la M. Cristeta, piensan pedirle de extraordina– rio en. las próximas Témporas. Por nosotras, puede con toda libertad aceptar la misión y dedicar a las hermanas todo el tiempo que estime conveniente, pues me alegro mucho de su bien. Sor Concepción está esperando la contestación de su carta. Si puede, me alegraré que la escriba; no dude que la aprovechará y hará mucho bien. · S-u hija pecadora, que le_ ama de todo corazón, Sor Angeles Sorazu.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz