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XLIX. CUENTA DE CONCIENCIA, MARZO-MAYO 19!'! 321 la forma indicada_, unas veces para consolarme y otras para comuni– carme sus penas, los sentimientos, de su Corazón, lo mucho qt.:ie pa– decía en todos los sentidos dentro y fuera del Colegio Apostólico, eteétera, aparentando consolarse mucho conmigo, con tener en el mun– do un alma a quien confiar sus secretos y comunicar las grandes pe– nas y amárguras que había devorado en silencio durante su vida mortal, sobre todo en los útimos días de su vida, en los que se vi6 obligado. a exclamar : Salvum me fac, Deus, quoniam intravérunt aquae usque ad animam meam: infixus sum in limo profundi, et non est · substantia. Veni in altitudinem maris,. et tempestas demersit me (1). Sálvame, Dios mío, porque las aguas de la tribulación, de la. tristeza y amargura han penetrado hasta lo. íntimo de mi alma ; estoy, hundido en un profundo cieno de malifia y maldad, de corrupción y de pecado, de que está inficionado, repleto y manchado todo el gé– nero humano, en el que no hay ni una sola alma que responda a mis amorosos designios de inaugurar en el m1mdo mi reino, que es el tuyo, y enarbolar en ella el estandarte de mi amor ; llegué a alta mar al término de mi vida laboriosa y principio de mi vida paciente a la hora señalada para consumar la obra de la redención y la tempestad de la ingratitud humana, que responde .con maleficios a ínis benefi– cios, con frialdad e indiferencia cada tez mayor a mis caricias y re– galos, a mis ternuras y amores, me sumergió, etc., etc., etc. 15.-Puede decirse que casi todas. las visitas de Jesús a mi alma, desde el 30 de marzo hasta el 8, Martes Santo, no tenían otro objeto que fomentar mis amores con la manifestación de sus penas, las que sufrió en vida y sufre ahora por parte 1e algunas almas, y estrechar más y más los' lazos de nuestra unión, como así fué. El Martes Santo, estando con la Comunidad en refectorio, al me– diodía, tuve la visión que le indiqué en una carta de Dios Trino y U no en Jesucristo al Oír leer : «¿ Tanto tiempo ha que estoy con vos– otros y todavía no me habéis conocido?» (2). ·y el Miércoles Santo, por la mañana, la otra de Jesús, indicándome que trataban de echarle de casa. La víspera del Domingo de Ramos tengo costumbre todos los años de matar y destruir a todos los escribas y fariseos, Judas, Cai- (1) Salmo LXVIII, 2-3. (2) Véase la carta copiada más arriba, p. 27?

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