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312 ·coRRESPONDENCIA DE LA M• .ÁNGELES CON EL P. MARIANO tud, estando mi alma como estaba, perdida en el Sumo Bien, me produjo tal senti1:1iento y dolor, tan grande pena. que me puso a las puertas de la muerte, quitándome todas las fuerzas y dejándome sus– pensas las potencia~ y sentidos y como sin respiración y sin ningún movimiento vital. Durante esta · agonía y suspensión de sentidos y potencias sentí una cosa así como si una mano invisible. me despo– jase de todo lo que no es Dios, quitándome de mi alma toda idea de pecado, alejando a éste de mí a una distancia inmensa del lugar donde yo lo miraba y veía (que distaba mucho de mí) y un no sé qué, que me pareció e~tendí era el afecto que tenía a las religiosas y a mí misma, dejándome sólo con un dolor o una pena muy gtande de haber pertenecido al pecado, que había perdido de vista, y un in– tenso amor a Jesús y vivísimos deseos de reproducirle en mí y trans– formarme en El. Deseando vivamente hacer que jamás hubiese per– tenecido al pecado, dije a V. R. que me absolviese de todos los que había cometido y derramase la preciosísima sangre de Jesús en mi alma para lavar y anegar a ésta en .ella, como si fuera la primera vez que los confesaba, habiéndole preguntado antes si me habría arrepentido bastante, y como me dijo que sí, con esto y con recordar– me nuevamente el misterio de la _Encarnación, etc., volvió mi alma a abismarse de nuevo en el Verbo Humanado en la mism.a forma que antes. Y así quedé cuando me despedí de V. R. la noche del 26. Aquella noche, cuando fuí al coro (después que me despedí de V. R.), me pareció que me habían cambiado o dado un nuevo sér, el cual no ,podía vivir sino de la vida de Jesús en el seno de María ·y en la región que tenía a mi vista, en la que no se veía más que amor, ni podía vivir mi alma sino en el estado de vida y muerte en que me puso Dios por medio de V. R .. en el confesonario durante la vi– sión del volcán de f'l!ego y del Niño Dios y del mismo Dios Huma– nado en su edad mayor, cuya visión (o las especies que me quedaron del mismo, no lo sé) tuve delante de mí, produciéndome los mismos efectos hasta las once y media o doce de la noche, y se repitió des– pués o continuó por espacio de muchos días, si mal no recuerdo, hasta el viernes de dolores inclusive. 8.-Er día 27, por la mafiana, antes de experimentar los efectos de las súplicas y oraciones de V. R., que dije, en la santa Misa que

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