BCCCAP00000000000000000000852

XLIX. CUENTA DE CONCIENCIA, MARZO-MAYO I9I I 305 Lo que en esto entendí yo no lo puedo explicar de prisa y, corriendo en una carta como lo estoy haciendo, p0r lo que me limito a decir que entendiendo que todo Dios quería comunicarse a mi alma y ve– nir a mí en la Persona del Verbo, no para quedarse en el abismo de mi nada, sino para elevar mi alma hasta el ·mismo Dios en virtud de mi unión con Jesús, y que para. esto era necesario que me iden– tificase primero con la Santísima Virgen, procuré hacerlo así. Pare-. dame ver a Dios disponiendo a la Santísima Virgen para derra– marse todo en Ella y elevar a esta Divina Señora hasta su Sér Di– vi no en la. Divina Persona ·del Verbo, y como qqedó ); se encuentra en la actualidad en el cielo en virtud de esta unión con Dios, y que .su Majestad me prometía la misma dicha (aunque en grado inferior y distinto), pero con la condición de que yo imitase a la Santísima Virgen: I. 0 , en ser para Dios un cielo animado, un templo, una casa de recreación, un arca divina en quien pudiese depositar sus más preciosos tesoros, o sea sus dones y gracias, los tesoros de su Divinidad; 2. 0 , en amar a su Majestad con un amor no de criatura, sino con el mismo amor de Dios, o sea como si Dios fuese yo y yo fuese Dios, no sé cómo decir, y que en virtud de este amor me per– diese toda en el mismo Dios y en la .contemplación (y, más que con- . templación, participación) de sus atributos y. perfecciones divinas, considerando estas •cosas propias mías, o como unos bienes comunes a Dios y a mí, y que en adelante no hubiese criatura capaz de sacar a mi alma del seno de Dios y de la contemplación de·sus perfecciones divinas, y que al efecto conjuraba a todas (como V. R., me indicó más tarde en su carta fechada 29 de abril), diciendo: Adjuro vos, Filiae Jerusalem (r), etc., etc.; 3. 0 , en amar a ·D~os no sólo con co– nocimiento de la bondad del objeto amado, de lo bueno, bonísimo, de ·10 infinitamente bueno que es en sí mismo, como•hasta el presen– te le he amado, sí que también con conocimiento pleno y pleno con– vencimiento del amor que me tiene y .de lo infinitamente bueno que es para mí, a la vez que· con una humildad tal que, reconociendo mi inferioridad respecto del Sér Divino para merecer ser amada de su Majestad y objeto de predilección por parte del mismo y que no pue– do vivir ni. permanecer en Dios si no es por un acto de infinita mise- (1) Cf. Cant. II, 7.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz