BCCCAP00000000000000000000852

CARTA XLVI, IOM/\YO ,1911, distraída, pensando en lo que me hablaban las religiosas que me vi– sitaban o· en lo que me ocurrJa y venía.a la cabeza, o sin pensar en nada, procurando esto último por evitar el mareo y desvanecimien– to de cabeza. No sé cuántas veces empecé a hacer una oración men- . tal que acostumbro· hacer todos· los días, y otras tantas la deJé sin llegar ni a la mitad, por desidia más que por otra cosa. Ya ve, Padre mío, qué ·bien: me he portado con 'mi Dios y mi Purísima Madre (en la que _tampoco he pensado nada) y qué buena enferma hago. 2 .-Las, faltas que he cometido son : Mucha pérdida de tiempo interior, perdiendo de vista a Dios por pensar en las religiosas o en las cosas que me ocurren o vienen al pensamiento, por cavilar y dis– currir medios de librarme del penoso trabajo de, escrib,ir lo que me tiene mandado y luchar sobre lo mismo. Y lo que parece imposible, dada mi repugnancia a escribir y los· insuperables obstáculos que se me han presentado para referir por escrito lo que ahora comienzo en la relación de mi vida, he sentido repetidas· veces cierta complac~n– cia, orgullo o no sé qué en lo mismo que tanto me cuesta escribir, sin duda por ser esto lo que más me complace y tranquiliza en todas las cosas que h01 sufrido o hecho por n::ii Dios y favores recibidos .del , mismo durante mi :vida ; y ayer por la noche experimenté también cierto contento, gusto o complacencia en lo que después le diré en la , breve relación que pienso escribir de lo ocurrido desde marzo, sin duda para que no haya en mí ninguna cosa ni haga nada sin soberbia y vanagloria. Si esto me ,pasa en las cosas que tanto me cuestan, como escribir los dos relatos indicados, ¡ cuán llenas de so– berbia saldrán de mis manos y de mi corazón las cosas a que me siento inclinada! ¡ Válgame Dios! ¡ Qu~ tesoros de humildád• encie– rra mi malvado corazón i Mas no es esto todo, sino que también he sentido cierto gusto o complacencia en ciertas cosas insignificantes que preveo o he tenido el atrevimiento de pensar que obrará la gra– cia de Dios en mi alma, y al caer en cuenta de esta complacencia y ocurrencia mía, he pensado que será una tentación o pecado de so– berbia, y que si llega a realizarse lo que he previsto, será Una ficción fabricada por el espíritu de soberbia y egoísmo que reina en mí, pues no busco a Dios, sino a mí misma, en todas las cosas, y, por consiguiente, que no debo creer- en nada bueno (que) siento o en-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz