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CARTA XLV, I MAYO 191 I cual es escribir. ¿ No le da pena mortificarme de esta manera? Me costaría menos morir que escribir. 5.-Alguna cosita más quisiera de'cirle, pero no sé por dónde co– menzar, pues hay en mí otro espíritu tan d.istinto del que aparece en el relato de .esta carta, aunque constituye con ,ésta una misma alma, que si se lo· demuestro, todo lo dicho hasta aquí parecerá men– tira; y, sin embai·go, no es así, sino que es verdad todo lo que he insinuado en esta y otras cartas de mis sufrimientos, temores, tri$. tezas, etc., etc., aunque parezca lo contrario a quien contempla· v • m(ra mi alma en Dios., no en las •Criaturas ; en la parte superior dP la misma,· no en la inferior ; pues ésta parece una ciudad sitiada, siempre en guerra ; mientras que la otra es un cielo de paz, de ale– gda y de luz, tan diferente de la parte inferior como el cielo ele fa tierra. De aquí que no acierto a demostrar éstas dos. partes del alma a .un mismo .tiempo, ni puedo tampoco sin contradecirme en todo y darme un solemne mentís a mí misma en cada renglón que escribo ; porque mientras está la parte ·inferior gimiendo y llorando y .refirien- do los mil desastres y desgracias que le oct1rren y penas que devora, y se presenta a qvien la mira ·como un espíritu agitado y angustiado· en gran manera, la parte superior se ríe, y cual si fuera una reina, una soberana criada para gozar y descansar y tratar sólo con Dios. «Deja que hable y se desahogue primero esa pobrecilla-parece que • me dice, refiriéndose a la parte inferior-, que yo estoy bien ; des~ pués que remedies las necesidades de esá remecliarás)as mías.» .«Vaya unas necesidades que, tienes t:ú_;contestó yo-, no vives más que para dormir y descansar, y descansar y dormir, gozando y disfrutan- do delicias mil ; bien puedes permanecer callada, aunque sea por tbda la eternidad.» Algunas veces, cuando estoy dando cuenta de los trabajos que padezco, del estado de turbación en que me encuentro, etc,, etc., pa– rece que me está haciendo burla y. diciendo : «¡ qué atribulada, pero qué atribulada estás !» Y mostrándome los indecibles con.suelos que ella disfruta en Dios y con Dios, me obliga a perder de vista lo'!. tra_; bajos y sufrimientos, tristezas y miserias. de la parte inferior del alma y exclamar: ccPerdonadme, Dios mío, tantas mentira; como he dicho, · pues no estoy triste ni sufriendo, ni soy lo que indico, sino todo lo contrario.n. •

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