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284 CORRESPONDENCIA DE LA M. ÁNGELES CON EL P. MARIANO prender que el retraimiento, temores, pavor, tristeza, ·etc., que venía padeciendo días ha eran efecto de una oculta tentación de satanás o de un espíritu que pretende apartarme del camino de la obediencia y dirección espiritual y que esto y no otra cosa se habían propuesto en la última persecución visible levantada en la comunidad contra mí. También me causa mucbo pavor, temores y tristeza el escribir lo que me tiene mandado. Es un sacrificio muy grande para mí tener que hablar efe mí, cuando no puedo acordarme siquiera sin sufrir física y moralmente y llenarme de tristeza, pensando que ofendo a mi Dios y me voy a condenar, porque no escribo más que mentiras,. y que mejor era que no dijese de mí más que los pecados, dejando lo demás oculto entre Dios y mi alma. Y esto no es más que una par– te de los sufrimientos que me ocasiona el escribir, pues hay otros que superan a los indicados, porque me cuesta mucho, muchísimo, toda ocupación material, incluso el rezo del Oficio Divino, el que consti– tuye para· mí una verdadera y penosa cruz, que me veo obligada a llevar diariamente. Si tanto me cuesta hablar verbalml::nte con Dios, . . ¿ qué será el. tener que tratar con las religiosas, estar hablando horas enteras con ellas de día y de noche, atender a tantas cosas propias del cargo que desempeño, y por añadidura escribir ! Pero repito lo de mi anterior ; que quiero obedecer y obedecer en todo hasta la muerte y muerte de cruz sólo por amor a Jesús, porque no quie– ro probarle mi amor solamente en el Tabor de la oración y con– templación, que es mi centro, sí que también en el Calvario y doble Calyario, pues al sacrificio de mi propia inclinación y voluntad se agrega. el· de pensar que ofendo al mismo Jesús, por cuyo amor me sacrifico todo el tiempo que empleo en escribir. Y basta de esto. 2 .-A Sor N , .. ya le .he indicado tres o cuatro veces el cambio de. conducta que quiere Dios de ella, sobre todo en sus relaciones con la comunidad; y con esto y el ejemplo de Sor N. y el estado de humi– llación aparente en que le ha dejado el Señor para su bien, ha me– jorado mucho c,lesde hace quince días, que preguntada por .ella le indiqúé la necesidad que tenía de una caída o humillación para llegar al estado de unión que pretendía. Es una religiosa buenísima, ino– cente, virtuosa, animada de los mejores deseos ; pero su temperamen– to le ayuda poco y estorba mucho para el despojo y abnegaciéin, úni– ca cosa que me parece le falta para ser verdaderamente santa y mo-

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