BCCCAP00000000000000000000852

278 CORRESPONDENCIA D:E LA M. ÁNGELES CÓN EL P. MARIANO temores de que me priven de la dirección de V. R., púes aunque me alegro de haberlo hecho así, por ser tan grande el daño que preten– día hacerme el demonio (y pretenderá todavía por medio de una re– ligiosa que ha dicho que no descansará mientras no me quite a V. R.); sin embargo, me .aflige .Ja idea de si habré ofendido a mi Dios y seré responsable de tantas faltas de caridad que han come– tido, cometen y cometerán las religiosas, hablando y juzgando mal de quien pretende hacerme desgraciada, privándome de la dirección. Pida a Dios Nuestro Señor que, si le he ofendido me perdone, pues es mucho lo que temo y me aflige quedarme sola sin dirección. Y, ¿ cómo no? La oveja que se ha visto una vez en las garras del lobo, teme y se asusta de sólo ver las huellas de éste. Esto mismo me pasa a mí, pues tiemblo de pies a cabeza de solo pensar que puede ocu– rrirme tan gran mal. He sufrido tanto, Padre mío, que ya no estoy para sufrir más lo que he sufrido a causa de la dirección espiritual Algo más tenía que decirle, pero dejaré para otra ocasión, por no meter a Dios entre tantos pecados y criaturas como van en esta carta, excepto lo siguiente, que por tener relación con criaturas quiero comunicárselo hoy para quedarme sól0 con Dios, que es el Único que puede vivir en mi memoria, entendimiento y voluntad, sin preocu– parme ni hacerme sufrir, pues las criaturas no me sirven. más que ele tormento. · 5.-No recuerdo bien si el martes o miércoles santo (me parece que fué el martes a mediodía), oyendo leer en refectorio las palabras del Evangelio: «Tanto tiempo ha que estoy con vosotros y aún no me habéis conocido)) (1 ), fueron comunicadas a mi alma ciertas luces o inteligencias acerca de la excelencia y bondad del sér divino y de la manifestación visible de este Dios de bondad en la Humanidad de Cristo Nuestro Redentor, nuestro único amor. Toda la tarde es– tuve revolviendo en la mente las especies de aquella visión T oyendo repetir las palabras: «Tanto tiempo ha que estoy con vosotros)), etc., sin poderlo desechar, lastimándome de que el mundo entero no co– nociese a Dios y le viera como yo le veía y conocía en la Divina Persona del Verbo Humanado. Aquella noche o a la mafiana si– guiente (no recuerdo bien), estando en el coro, me pareció ver a nues– tro amor Jesús revestido de un aire de majestad soberana y belleza (1) ]oa11., XIV, 9.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz