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6 CORRESPONDE.NCIA DE LA M. ÁNGELES CON EL P. MARIANO explica a las mil maravillas cuanto dejamos dicho y nos da la clave para lo que luego se dirá. Finalmente, todo habla al alma de. Dios y en todas partes contem– pla y admir.a sus huellas: en las yerbecillas del campo y en las estrellas del firmamento; en el piar de los pajarillos y en el rugir de la tormen– ta; en los acontecimientos favorabl.es de la vida lo mismo que en las circunstancias más adversas. A fuerza de sufrir y penar, y de santificar tanto penar y sufrir, el. alma está ya muy purificada, y ve acercarse por momentos el felicísimo instante de la entrega total y estable ( en cuanto cabe en esta vida) de la Beatísima y Augusta Trinidad. Jesús, por su parte, la llama y atrae a identificarse co.n los misterios de su vida_ gloriosa. Pero ella pide plazos, como si temiera ahora ver llegado el momento, por el que tanto ha suspirado, del matrimonio espiritual, de la unión transformativa con el Dios-Amor. * * * Los ejercicios del alma en este período de la vida mística son todos de muy elevada e§piritualidad. a) Grande y elevada es su intimidad con la Virgen Santísima, mística luna que ilumina sus pasos en la tenebrosa noche, interviniendo, cual madre amorosa, en todas sus angustias interiores y exteriores. b) En ia contemplación de los dolo– res de la pasión de Jesucristo descubre la Santa Humanidad identifi– c°'da con la caridad divina; por manera que en Jesús paciente no ve otra cosa que «su amor al género humano divinizado». e) Además se adhiere· al Verbo Encarnado «en su eterna y misteriosa vida, y en unión s·uya se refiere al Padre con todos los tesoros que de El recibiera, para hacer su felicidad, cumpliendo su divina voluntad». d) También se identifica «con la Generación y Procesión, devolv~endo al Padre las dos Personas divinas que El prod:Uejera con ventajas de gloria». e) Por 1Íltimo, ama al Señor con amor de complacencia, gozándose en sus perfecciones, gloria y bienaventiiranza. * * * Los favores que se ·reciben en este largo y árido camino de la p_ur– gación del espíritu son tan singulares, que a veces hacen olvidar al alma sus penas y trabajos.