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230 CORRESPONDENCIA DE LA M. ÁNGELES CON EL P . .MARIANO to tle mis pecados rii del temor _de perder a Dios; sino .de amor y de un amoi:. purísimo al Verbo Humanado. Pero mi. alma necesitaba un desahogo a su manera, porque había aprehendido que no tenía espí– ritu de Dios, sino espíritu de pecado y de mentira,· y que por esto no poseía a Dios. Dios Padre, Dios Espíritu Santo, la Santísima Virgen, Jesucristo Nuestro Señor, se hacían presentes a mi alma, pero (en) una altura sublime, separados de mí a· una distancia inmensa. Y o sentía ansias grandes de arrojarme al cuello de Jesucristo, mi Pa_dre, mi Esposo y mi ,Dios, y comerle, si posible fuera, para identificarme .con El y poseer su espíritu, absorberle en mí o no sé qué ; pero como estaba lejos y no podía yo ir adonde su Majestad Divina estaba, no sabía qué hacer. Estando así, sentí un enamoramiento, o no sé qué, y sin más re– flexión cogí del cuello y me abracé con la efigie dt1 Sagrado Corazón de Jesús que está en la iglesia, que teníamos· dentro y estaba en la sala priora] donde yo me hallaba. Y estando así abrazada .con la efi– gie (que me parecía era el mismo Jesucristo) y puestos mis labios. en la llega del corazón, me pareció que absorbía todo .el espíritu de Jesús y que su sangre· divina entraba en mi alma o en mi cuerpo, yo no sé qué. El !}echo es_ que yo experimenté en mi alma los efectos que si hubiera bepido a raudales la sangre de Jesús y absorbido su divino espíritu en mi alma. Quedé tan enamorada de- Jesús, que el resto del día y otros quince o veinte días. inmediatos los pasé no sé de qué ma– nera, pero completamente !3njesusada, y donde quiera que veía un Jesús crucificado o no crucificado con la llaga en el costado. me abra– zaba a El y le daba mil besos, y puestos mis labios en la llaga no acertaba a apartarlos de ella; parecía que .me dormía o se liquidaba mi alma ; no sé lo que me pasaba. Y esta es la cosa de la cual dije arriba tenía duda si habría faltado o cometido algún pecado de falta de respeto o atrevimiento en _abrazar al Señor. Después no l<;> he vuelto a hacer, aunque sí me llaman mu– cho la atención y me atraen las efigies de Jesús que tienen llaga al costado, cuando estoy en estado de fijarme en efigies, que no siem– pre lo estoy. 3.-0tra duda tengo, y es ésta. El segundo día (me parece) infra– octava de los Reyes, sábado, estando con la ·Comunidad en el coro en la oracióp después d_e Completas, me pareció ver a Jesucristo Hijo •

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