BCCCAP00000000000000000000852

XX. CORRESPONDENCIA DE LA M. ÁNGELES CON EL P. MARIANO A cada. una de las c.artas se añade al principio un breve sumario de su contenido, dividiendo luego el texto en los números o párrafos correspondientes. Y para mayor clarid?-d se encabezan con la fecha, que generalmente se .halla indicada al fin cle las mismas. Inspirándonos casi exclusivamente en el excelente tratado de la M. Angeles sobre la Vida espiritual'. que, como ella misma dice, no es otra cosa que su «historia velada», anteponemos a cada uno de los períodos o etápas de este místico itinerario unos breves comentarios a manera de prólogos, que, al mismo tiempo que nos evitarán el mul– tiplicar las notas para aclarar ciertas frases o expresiones, facilitarán al lector Ta inteligencia de los diferentes estados de ánimo que suce– sivamente irán desfilando ante su vista. Sabemos por experiencia .cuán difícil es contentar a los lectores cuando se anota un libro ajeno. La sobriedad es de todo en todo de– seable; péro ¿ dónde confina ,ésta con la prolijidad o superfluidad? He ahí la piedra de toque. Fiados ~n el buen criterio del público a quien va destinado el libro, nos. hemos propuesto no cansarle con llamadas inútiles o inoportunas ; por sí mismo descubrirá y apreciará las bellezas y los primores que contiene. Además, que cuando hablan los santos o los sabios, no hay por qué interrumpirlos. ¿ Será pecado de presunción _pensar que hemos logrado nuestro intento? ITINERARIO MISTICO Así nos. plugo denominar esta correspondencia íntima. Son las ca'rtas como peldaños de la subida al monte de la perfección, etapas sucesivas del camino de la santidad, pasos hacia la unión divina. Su lectura nos conduce día tras día en pos de un alma que, dejando exactamente escrita la trayectoria seguida, así en los buenos como en los malos. tiempos, ha recorrido santamente los. caminos de Dios. Sus enseñanzas son jalones que indican al caminante inexperto la orien– tación que debe seguir en la ruta de su perfeccionamiento espiritual y los escollos que pueden impedirle navegar con bonanza hasta el puerto de la santidad. Y los guías espirituales podrán asimismo orien– tarse, examinando la estela luminosa que ha dejado un alma a su paso por los senderos de la perfección.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz