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XIV CORRESPONDENCIA DE LA M. ÁNGELES CON EL P. MARIANO . fuerza para no desfallecer, ya consejo para no errar; hoy· necesitaba luz para no extraviarse, mañana perdón para tr:rnquilizarse, etc., etc. Y dadas· las distancias que la separaban del Director, casi siempre lo había de hacer por escrito, venciendo no pocas dificultades, No son, pues, estas cartas efecto de un capricho o de una veleidad, sino más bien el fruto de un sacrificio muy- doloroso, que a veces parecen escri– tas con la sangre del corazón y bañadas con las lágrimas de los ojos. El epistol~rio, que ahorá empezamos a pu))licar, consta de 231 cartas escritas de su puño y letra. Si no todas tienen el mismo valor intrínsecb, creemos que ninguna carecerá de interés. Pero de esto úl– timo juzgará. por sí mismo el lector. * * * Indudablemente las cartas son un elemento de valor sin. igual para conocer a fondo la riquísima espiritualidad de la sierva de.Dios; su biografía se enriquece con nuevos datos, que constituyen un com– plemento indispensable a la Autobiografía ya en parte publicada (1). Leyendo y meditando estas cuentas de conciencia podernos contem– plar la grandeza de su alma. Puede decirse que su argumentq es único y vario al mismo tiempo. Unico, porque la M. Angeles no aspira. a otra cosa que a revelar a su Padre espiritual el .estado de su alma, es decir, darle cuenta exacta de su conciencia, manifestándole todas sus interioridades, para pedirle, como antes decíamos., luz en las dudas y amparo ~n las dificultades. Diverso, como diversas son las fases por las que el alma va pasando en el itinerario de la vida para responder a los designios de Dios sobre ella; diversas las manifestaciones de la graci2., siempre operante ; diversas las dificultades y luchas de la naturalew. ; diversas, finalmen– te, las aspiraciones y necesidades del alma. Esta correspondencia epis– tolar es _un 'reflejo fiel de su dirección espiritual; y así como ésta era integral, porque nada bueno, malo o indiferente podía ni debía ocui– tar, si quería descansar en Dios, así también estas cartas reproducen cabalmente todo el ser moral y espiritual de la Nf. A.ngeles. Para ser · (1) Vida de la R. M. Angeles Sorazu., Abades{!- d.e las J;oncepcio11jstas Fra1i– ciscanas del Convento de la Purísima .C.011c.epción, de J!..qlfadolid.. Primera parte o Autobiografía «Mi Historia», revisada y anotada por el R. P. Nazario Pérez, S. J., Valladolid, 1929.

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