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SIXTO V Y EL EXCUSADO 375 cantidades le era necesario para convertirse en el protagonista de las grandes empresas con que soñaba. Desde el primer momento de su pontificado, el papa Peretti se propone juntar el dinero suficiente para que su política de grandeza y autoridad fuera un hecho; y, hombre de hechos tanto como de proyectos, lo consiguió. Antes de terminar el primer año de su ponti– ficado, tenía ya en las arcas de Sant'Angelo más de un millón de escudos de oro; en febrero de 1590, eran ya cinco los millones guar– dados en, el castillo. El papa consideraba el fenómeno como algo casi milagroso. No– sotros podemos, sin embargo, descubrir las fuentes que producían tan buenos ingresos. Apenas inicia su pontificado, impone un régimen de austeridad en sus gastos personales y de curia, disminuyendo o su– primiendo algunas pensiones; parece que sólo este capítulo le ponía en las manos unos 200.000 escudos anuales; tanto debió exagerar este espíritu de ahorro y austeridad que a la misma correspondencia diplomática pasan algunas anécdotas curiosas que circulaban por Roma 15 • Otra fuente abundante de ingresos fue la venta de oficios, la erección de montes y la explotación de los ya existentes, y, por fin, los nuevos impuestos, tantos estos últimos que, según las « pasquina– das », ni el mismo sol se iba a librar. Sixto creyó encontrar un nuevo riachuelo creando un impuesto sobre el Excusado cuya prórroga solicitaba el Rey Católico. Pero Felipe II, siempre necesitado de dinero, no estaba dispuesto a admitir fácilmente nuevos impuestos de Roma sobre los que, por un motivo u otro, se habían convertido en habituales. Es muy probable que el papa tomara pie para su iniciativa de los 20.000 escudos que la Cruzada pagaba anualmente a la Fábrica de San Pedro. Pero es también muy fácil que el papa desconociera el origen de este aparente impuesto sobre la Cruzada, como lo ignoraba el mismo comisario general de la Bula en 1785 1 ª. Los papas a fin de ayudar económicamente a la construcción de la Basílica de San Pedro, habían promulgado indulgencias lucra– bles a cambio de una limosna. Es bien sabido que la indulgencia de 1517 se convirtió en la causa inmediata de la rebelión luterana. El mismo Cisneros, y con él toda España, se pronunció contra la indul– gencia que sacaría mucho dinero de España y además perjudicaría los ingresos de la Bula de Cruzada 17 • 15 Avvisi di Roma, 9.IX.1587 : Bibl.Vat., Urb.lat. 1055, f.398v; Priuli al doge, 21.IX.1585 : Arch.Stat.Venezia, Roma 19, f.444r. 16 J. GoÑI ÜAZTAMBIDE, op. cit., 627. 11 !bid., 482-483.

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