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372 BASILIO DE PINILLA advirtiéndole que puede disponer de toda ella en servicio de la Santa Sede 4 • En su respuesta, Olivares intenta tranquilizar al rey un tanto preocupado ante la posibilidad de que el nuevo pontífice se dejase influenciar por los abogados de una política contraria a los intereses de España. También informa el embajador sobre el afán que ya entonces mostraba Sixto por acumular dinero; pero se equivocaba rotundamente al anunciar, apoyado en la vida anterior del papa, que sería fácil hacérselo gastar 5 • Como la muerte de Gregorio XIII había dejado en suspenso las gracias pontificias de la Cruzada, Subsidio y Excusado, Olivares tra– baja desde el primer momento por conseguir su renovación. El fruto de este trabajo no se hizo esperar. Ya el 2 de mayo de 1585 podía escribir el embajador al monarca que había obtenido, por cinco años, la prórroga del Subsidio, mostrándose optimista tam– bién sobre la concesión de la Cruzada y el Excusado 6 • Sixto V soñó siempre con ser protagonista de alguna empresa gloriosa que consagrara su pontificado; de esa empresa, nunca con– cretada pero que debía ser una guerra victoriosa contra herejes o infieles, habla continuamente, y con frecuencia es en vistas a ella ~ómo el papa justifica su afán por acumular dinero. En una de sus primeras audiencias, aborda espontáneamente el problema de la guerra de Flandes para la que se había concedido el Excusado; insiste el papa en la necesidad de reforzar aquel ejército y acometer empresas serias contra los herejes e infieles ya que a ese fin se ordenaban las gracias concedidas por la Santa Sede. Sixto, siempre generoso en palabras, va más adelante y se compromete a « ayudar de su parte en la ocasión » si el Rey Católico se decidía por algo que valiera la pena. Olivares contesta alabando el celo del papa, muy semejante al del rey, su Señor, que desea « no tener ningunas fuerzas ociosas del servicio de Dios y desta Sede Apostólica »; señala también el embaja– dor español los objetivos a que se destinaba cada una de las gracias pontificias, insistiendo en que cada uno de esos objetivos suponía un gasto muy superior a los ingresos de las concesiones pontificias; al fin concreta, según órdenes recibidas de Madrid, las cantidades de la Cruzada y Subsidio que se destinaban a la guerra de Flandes 7 • Felipe II agradece el interés del papa por la guerra de Flandes; y sobre ese interés precisamente se apoya para indicar a su embajador • P. HERRE, Papsttum und Papstwalzl im Zeitalter Plzilips II, Leipzig 1907, 381. 5 Olivares a Felipe II, 26.VI.1585 Arc!z.Gen.Simancas, Estado, Roma, leg. 946, f.54. e !bid., f.28. 7 Olivares a Felipe II, 28.VII.1585 ibid., f.104.

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