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PRIMICIAS FRANCISCANAS EN VENEZUELA 355 que echó a los dos últimos en un pueblo - cuyo nombre no supo Las Casas - al oeste de Cumaná; el P. Montesino hubo de quedarse enfermo en Puerto Rico, y desde allí regresó a la Española. « Pasados algunos días y qui:¡:á meses » de haber desembarcado en aquel lugar de la tierra firme - Las Casas no precisa más el tiempo - unos pesca– dores de perlas e indios, que habían arribado por allí en un navío, raptaron con engaño al señor del pueblo, con su mujer y varios in– dios más, partiendo con todos para Santo Domingo. Los indios del pueblo, creyendo que los religiosos eran cómplices de tal atropello, quisieron matarlos, pero les concedieron al fin cuatro meses de término para que obtuviesen la devolución de los cautivos. No habién– dolo conseguido, los dos infortunados dominicos fueron sacrificados por los indios, acabando así esta primera tentativa de evangelización 18 • Nada más dice Las Casas de este episodio, pero más adelante refiere que al llegar de Cuba a Santo Domingo (julio 1515) encontró embarcado y ya fuera del puerto al P. Córdoba, « con ciertos otros religiosos de su Orden, en prosecución de la li– cencia y favor que el Rey Católico le había concedido para ir a pre– dicar a las gentes de la tierra firme; iban con él ciertos religiosos de Sant Francisco, extranjeros, creo que de Picardía, de los cuales habían venido algunos a estas islas con celo de predicar la fe a las gentes dellas. Estos le rogaron que les diese lugar para ir con él y ayudalle en la dicha conversión o predicación; holgó mucho el padre fray Pe– dro de Córdoba de los admitir a aquel su apostolado, porque siempre procuró de conservar el amistad caritativa entre ambas a dos Or– denes». Narra a continuación la tormenta que los hizo regresar al puerto, después de correr gran peligro, las conferencias que mantuvo con el P. Córdoba y cómo éste determinó enviar a España, en compañía de Las Casas, al P. Montesino. Y prosigue: « Salidos de aquesta isla el Padre dicho [Montesino] y el clérigo [Las Casas] el padre fray Pedro de Córdoba prosiguió su viaje para tierra firme con cuatro o cinco religiosos de su Orden, muy buenos predi- 18 Fray Bartolomé de LAS CASAS, O.P., Historia de las Indias, lib. III, caps. 33 y 34. Del motivo inmediato que tuvo el P. Córdoba para esta empresa - a saber, su desilusión ante las Leyes de Burgos - se ocupa Las Casas en el cap. 19 del mismo libro tercero. Téngase en cuenta, sin embargo, que dichas leyes no fueron promulgadas - en su redacción completa - hasta el 28 de julio de 1513, mientras el P. Córdoba obtuvo la aprobación regia para su plan en los primeros días de junio del mismo año, comenzando inmediatamente los preparativos de su expedición. Por lo que toca al apoyo oficial, hay suficientes pruebas documentales de que fue tan completo como reconoce el propio Las Casas. Véase J. CASTRO SE0ANE, O. de M., Aviamiento y catálogo, en Missionalia Hispanica 13(1956) 127-134. Algunos de estos documentos han siclo incluidos por Enrique Otte en su nuevo volumen de Cédulas reales relativas a Venezuela (1500-1550) que acaban de editar las Fundaciones John Boulton y Eugenio Mendoza, de Caracas (Caracas 1963). A la empresa del P. Córdoba se refieren los documentos n.28-43, p.62-87.

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