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PRIMICIAS FRANCISCANAS EN VENEZUELA 349 l. - La provincia franciscana de Santa Cruz de las Indias (1505) Dejando en su anonimato o su penumbra a los religiosos que acompañaron a Colón en los viajes segundo y tercero - ya que pa– rece, aunque resulte extraño, que ninguno le acompañó en el primero - es un hecho cierto que los franciscanos se establecieron en el Nuevo Mundo antes que ninguna otra Orden religiosa. Un gru– po de cinco pasó a La Española (= Santo Domingo) en 1500, en la expedición del primer gobernador, Francisco de Bobadilla. A su frente iba fr. Francisco Ruiz, secretario y confidente del cardenal Cisneros, y después obispo de Ciudad Rodrigo y Avila. Aparte de los otros dos sacerdotes - fr. Juan de Trasierra y fr. Juan de Robles - figuraban en el grupo dos legos extranjeros: fr. Juan de la Deule, que fuera en el segundo viaje de Colón (1493), y un fr. Juan Francés. La gran expedición fundadora no llegó, sin embargo, a Santo Domingo hasta 1502. Constaba de diecisiete religiosos en total, bajo la obediencia de fr. Alonso de Espinar. El propósito de radicarse allí no ofrece la menor duda. El convento de S. Francisco fue el primero que se erigió en la ciudad de Santo Do– mingo, refundada por el nuevo gobernador Nicolás de Ovandoª. Tres años después, el Capítulo general franciscano, reunido en Laval (Fran– cia) erigía formalmente la Provincia de Santa Cruz de las Indias, pri– mera organización de esta índole que hubo en América, base y punto de partida para la expansión de la Orden al resto del nuevo mundo descubierto 4 • La nueva provincia abarcaba, en un principio, todas las tierras descubiertas y por descubrir. De ella partieron, por lo tanto, las primeras expediciones franciscanas dirigidas no sólo a las otras islas antillanas sino a la tierra firme del continente: Venezuela, Panamá, 3 El relato más detallado - y para su tiempo mejor documentado - de estos comienzos se encuentra en: Angel ORTEGA, O.F.M., La Rábida. Historia documental, principalmente en los tomos II y III (Sevilla 1925-1926). Las fuentes posteriores han sido utilizadas por Antonine TrnESAR, O.F.M., The Franciscan Pmvince of the Holy Cross of Española, 1505-1559, en The Americas (Washington) 13(1956-57) 377-397. Las relaciones de Colón con los franciscanos fueron bien expuestas modernamente por Francis B. STECK, O.F.M., Christopher Columbus and tite Franciscans, ibid. 3(1946-47) 318-341. 1 El decreto de erección en fr. José ToRRUBIA, Chronica de la Seraphica Religión del glorioso Patriarca San Francisco de Assis... Novena Parte (Roma 1756) lib. I, cap. 16; otras noticias sobre la historia de esta provincia añade Torrubia en los capítulos 17-19 de la misma obra. Y, por supuesto, se trataba de una provincia de la Observancia, a la que perteneció siempre. Por lo tanto, observantes y no conventuales fueron sus vicarios provinciales fr. Alonso de Espinar y fr. Pedro Mexía, contra lo que se empeña en seguir afirmando, gratui– tamente, mi admirado y querido amigo el señor GrMÉNEZ FERNÁNDEZ, Bartolomé de Las Casas, vols. I-II, passim (Sevilla 1953-1960), al que ha seguido con excesiva fe mi también buen amigo Demetrio RAMOS, en su estudio: El P. Córdoba y Las Casas en el plan de con– quista pacífica de Tierra Firme », en Boletín Americanista (Universidad de Barcelona) 3(1959) n.3, p.175-210. El de Lava! fue un Capítulo general de la rama o « Familia Ultramontana» de la Observancia. MMP I - 25

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