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366 LINO G. CANEDO pues Serpa concentró sus esfuerzos en aquella reg1on, aunque al fin sin resultados permanentes. Enrolados ya en la empresa de Ponce de León, se mandó darles la misma provisión y pasaje que « por las dichas nuestras c;;edulas - alude a ellas en el comienzo - os está mandado le diesedes yendo con el dicho capitán Serpa»; pero no sin antes verificar - advierte el rey - « si es ansí quel dicho frai Miguel Diosdado quiere ir en compañía del dicho Juan Ponce ». Esta averiguación debió dar resultado favorable, pues otra real cédula posterior (Madrid, 4 septiembre 1569) los manda proveer sin reserva alguna. Sabemos, además, que en diciembre de 1569 estaban listos para el embarque 43 • Como es sabido, la expedición de Ponce de León tampoco tuvo éxito, y los franciscanos que formaban parte de la misma se dispersaron; el P. Diosdado nos dejó, sin embargo, uno de los buenos relatos que sobre ella poseemos 44 • Es probable que otros franciscanos hayan llegado por estos años, de manera más o menos aislada, a territorio venezolano, pero su establecimiento definitivo en el país sólo tendría lugar hacia fines de 1575, por un grupo procedente de la provincia de Santa Cruz de la Española. Otro grupo llegó directamente de España al año si– guiente. En 1582 existían ya los conventos de Caracas, Trujillo y El Tocuyo; antes de terminar el siglo fueron erigidos los de Barquisi– meto y Carora 45 • Venezuela se convirtió pronto en la porción más importante de la provincia de Santa Cruz, cuyos superiores mayores pusieron su residencia oficial en S. Francisco de Caracas. Al título de la provincia - Santa Cruz de la Española - comenzó por agregársele « y Caracas ». Más adelante, con nuevos conventos en Coro, Maracai– bo, Cumaná y la Margarita, y agregados los de Trinidad y Guayana que habían sido establecidos durante las expediciones de Berrío y sus herederos y gravitaban más bien hacia Santa Fe de Bogotá, el nom– bre fue simplemente: Santa Cruz de Caracas. 43 Las dos reales cédulas de 25 de mayo y 4 de septiembre de 1569 se conservan en AGI, Caracas, leg. 3, f.41v y 47. El 20 de diciembre de 1569 fueron pagados 14.688 maravedises por su mantenimiento al síndico de S. Francisco de Sevilla (AGI, Contratación, leg. 4682, f.275). 44 La carta está fechada en la que llamaron « Ciudad de la Circuncisión », a 15 de enero de 1570. Se encuentra en AGI, Santo Domingo, leg. 71; la resume Pablo 0JER, S.J., La forma– ción del Oriente Venezolano. I. Origen de las Gobernaciones, Bogotá 1959, 52-54. 45 Véase Lino G. CANED0, The Coming of the Franciscans to Venezuela in 1575, en The Americas 18(1961-62) 380-393. Por los mismos años se intentó reanudar la población de la Nueva Andalucía. En el otoño de 1579 se organizaba en España el envío de seis franciscanos a dicha provincia, bajo la jefatura de fr. Amador de Santiago (AGI, Contratación, Ieg. 4683, f.343); pero supongo que tampoco se llevó a cabo, al fracasar la conquista de los cuma– nagotos, organizada por el gobernador de Venezuela, don Juan de Pimentel, y emprendida por Garci-González de Silva.

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