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LINO G. CANEDO, O.F.M. PRIMICIAS FRANCISCANAS EN VENEZUELA, 1514-1575 NOTA PRELIMINAR A LA HISTORIA DE LAS MISIONES DE PIRITU La evangelización sistemática e intensa de las regiones orientales de Venezuela comenzó en época tardía, si la consideramos dentro del cuadro general de la historia de las misiones en la América hispana. Sólo se remonta, en efecto, a mediados del siglo XVII, en que la iniciaron, casi al mismo tiempo, franciscanos y capuchinos en las antiguas provincias de la Nueva Barcelona (región de Píritu) y Cu– maná. No era esta, sin embargo, la primera vez que se intentaba tal apostolado. Por el contrario, los primeros ensayos misionales en el Oriente de Venezuela datan nada menos que de 1514, figurando en– tre los primeros que se llevaron a cabo en el continente americano 1 • Y nótese que también aquella fue obra de los hijos de S. Francisco, en acción paralela, entonces, a la de los dominicos. Si la actuación simultánea y contigua de capuchinos y francisca– nos en Venezuela se presta a que la confundan quienes no estén fa– miliarizados con la historia interna de la Orden 2 , tampoco resulta 1 El primer establecimiento misional en la tierra firme parece haber sido el convento franciscano de Santa María de la Antigua en el Darién. Se remonta casi seguramente a 1510, varios años antes de la llegada del primer obispo del continente, el franciscano Juan de Quevedo. Véase más adelante, notas 8 y 15. 2 Para quienes se sienten un tanto desorientados por las denominaciones de « francisca– nos », « observantes », « capuchinos », etc. conviene recordar que el nombre primitivo y todavía oficial es el de Frailes Menores; religiosos de S. Francisco, franciscos o franciscanos son nombres populares. Desde muy temprano en la historia de la Orden, se manifestaron dos actitudes respecto a la interpretación de la regla y espíritu del Fundador: la de quienes deseaban observarla « pura y llanamente » en todo su rigor, y la de quienes juzgaron ne– cesario, en el correr del tiempo, explicarla y mitigarla de alguna manera. Las dos tendencias fueron cristalizando en Jo que se llamó la « Observancia » y la « Conventualidad », cada una con sus grupos menores. En el Capítulo general de 1517 - más de tres siglos después de la fundación de la Orden - ésta quedó definitivamente dividida en dos ramas independientes: de una parte los « Observantes » con los grupos afines, y de otra los « Conventuales ». Estos no nos interesan aquí, pues no tuvieron apenas intervención en la América española. Los « Observantes » y sus afines fueron entonces reconocidos como la rama principal de la Orden, bajo el título oficial de Frailes Menores o Frailes de S. Francisco; sin embargo, muchos de ellos prefirieron seguir añadiendo a este título el sobrenombre de « Observantes »

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