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340 JUAN MESEGUER FERNÁNDEZ fuera que sus superiores le nombraran comisario con facultades re– formatorias en Aragón, donde como natural del reino haría más fruto. Ningún otro detalle puedo ofrecer del P. Francisco. Ciertamente no debió de ser poca su categoría, cuando los diputados lo equiparan a Fr. Pico, de « muchas letras y christiandad », cuya muerte, acaecida pocos meses hacía, lamentaban los diputados. Si este Fr. Pico es - y todo induce a creerlo - el P. Domingo del Pico, razón tenían para notar su desaparición como una gran pérdida. Y no la tuvieron el cronista franciscano del siglo XVIII y los que le han repetido, alar– gándole la vida hasta 1570 y haciéndole pasar entre los observantes, cuando los conventuales fueron suprimidos en 1567 22 • El P. Domingo del Pico vivió conventual, y conventual murió. Fue natural de Sariñena (Huesca). Doctor en teología, maestro pro– vincial de 1542 a 1545 23 • Juan de San Antonio dice que después fue vicario y comisario general2 4 • Designado predicador de Carlos V rehu– só, porque su edad y achaques no le permitían seguir la corte. Fre– cuentaba la Academia que reunía en su casa Fernando Colón. Escribió diversas obras, de las que solo una vio la luz pública: Prima pars Tri– logii: De ordinaria conversione peccatoris recedentis a Deo Patre in parabola Lucae quintodecimo a Salvatore proposita Canciones, Za– ragoza 1549. Va dedicada al nuncio en España, Juan Poggio. Tenía preparadas para la imprenta las otras dos partes, correspondientes a otras tantas cuaresmas. También escribió Funiculum apologeticum, dedicado al cardenal Tavera, pero al morir éste en 1545, aún no se había impreso y, para evitar se extraviara, el vicecanciller de Aragón Miguel Mai envió a su secretario a Toledo a recogerla. La halló por fin en Salamanca, donde la estaban censurando. Ni ésta ni las partes segunda y tercera del Trilogio, lo mismo que otras obras suyas, llegaron a imprimirse 25 • 22 Félix LATASSA - M. GóMEZ URIEL, Bibliotecas antigua y nueva de escritores aragoneses II, Zaragoza 1885, que cita a J.A. Hebrera en su Crónica de la provincia de Aragón, lib. 1, cap. 33, p.86 y 122, núm. 328, col. l. 23 Estos datos los da él mismo en la portada de su obra, que a continuación menciono. Sobre su provincialato, véase SANAHUJA, 268. El P. Sanahuja le nombra Domingo Picó, pero la portada de su obra y los bibliógrafos le dicen Domingo del Pico. 24 JUAN DE SAN ANTONIO, O.F.M., Bibliotheca Universa Franciscana l, Matriti 1733, 321. Sin embargo, al no disponer de otro testimonio o documento, queda la duda si ese cargo no sería más bien desempeñado al mismo tiempo que el de provincial, como era uso y costumbre que los superiores generales delegaran en los provinciales facultades propias del general. A los testimonios aducidos en Arch.Ib.Amer. 18(1922) 325-326, añádase el que propor– ciona el doc. quinto. El P. Boix se dice, además de maestro provincial, vicario y co1nisario con plenitud de potestad de su general. 25 Descripción detallada de la obra del P. Pico en J .M. SÁNCHEZ, Bibliografía aragonesa del siglo XVI I, Madrid 1913, 389-391. Además de Latassa-Gómez Uriel y Juan de San Antonio, ya citados, trata de Domingo del Pico Nicolás ANTONIO, Bibliotheca Hispana Nova I, Matriti 1783, 330-331.

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