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FRANCISCO EIXIMENIS Y LOS ESPIRITUALES 255 Eiximenis, que acá y acullá embiste a los judíos con un apasio– namiento que le es connatural cuando habla de los enemigos de la fe católica y de los cristianos disolutos o de quienes no entran en la esfera de sus tendencias personales, afirma sobre los judíos que no hay iniquidad en el mundo que ellos no poseyeran de un modo especial. Ellos fueron los más orgullosos, los más vanos y los hom– bres más mundanos. Fueron carnales, perezosos, maliciosos y envi– diosos « contra toda secta del mundo » 10 • Y empleando, como lo hará con frecuencia, los textos bíblicos de un modo muy acomodaticio 1 1, Eiximenis dice de ellos que cometieron todas las iniquidades que se registran en el último capítulo de los Reyes y en el capítulo 26 de los Paralipómenos. Tras esta preparación, ladinamente transferida al pasado, Eiximenis enfoca la cuestión en su actualidad. Dirá, pues, que cuantos argumentos presentan los judíos contra Jesucristo no deben escucharse, puesto que proceden de hombres ignorantes y bestiales, quienes hablan siempre así cuando se trata del honor de Jesucristo. Eixirnenis, ahí como a cada momento en que se trata de enemigos de la fe católica, no desperdicia la ocasión para envolverlos en el mayor menosprecio. Si Eiximenis reconoce ciertos valores o instituciones judaicas corno de algún valor, no es sólo para decir que el cristianismo los ha substituido por completo superándolos, antes bien para atacar a la vez al judaísmo existente en los días del autor gerundense. Fre– cuentes como son tales ataques, no impiden a su autor de señalar los motivos por los cuales el judaísmo deber ser consentido dentro de la condición cristiana 12 • En cuanto al mahometismo, al cual asimismo ataca Eiximenis con no menor insistencia en su doctrina e intensamente en su funda– dor, reconoce que en el Corán hay algo bueno con respecto a Jesús y a la Virgen; pero, a excepción de este momento y algún otro, la pluma de Eiximenis se convierte en lanza mortífera. El propio Mahoma, seguido en los pasos de su vida, queda maltrecho; y cuando 10 Cap: 125. l1 Eiximenis practica una interpretación muy personal, aunque su método de libertad no Je pertenece como exclusivo suyo. Dado el carácter de este nuestro trabajo, nos limitamos a transcribir unas de sus frases que aclaran tal n1étodo:: « ... Sovint és axí que, quant l'om vol tenir e sercar les paraules segons lur propietat, lavors hom pert tot lo seny e sentiment e la virtut que hom entena en aquella aytal paraula ». Así Eiximenis se defiende anticipadamente en su modo de « arromanzar » y también de interpretar tanto los textos bíblicos, como los de autores cristianos y, añadamos, de toda clase de autores y de todos los tiempos (cf. cap. 3 del prólech). Sobre este punto, cf. Henri DE LUBAC, S.J., Exégése médiévale, sobre todo vol. III, 99-197. 12 Cap. 205. Más abajo se verán los dos motivos que determinan tal consentimiento.

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