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136 SERAFÍN DE AUSEJO diera el profeta. Examinemos, pues, el texto de Pablo, con su enfoque y su sentido. En Rom. 9, 27-28 escribe san Pablo: 9, 27 « También Isaías clama acerca de Israel: Aunque fuera el número de los hijos de Israel como la arena del mar,. sólo el resto se salvará; 28 porque una palabra, llevándola a cabo y abreviándola3, ejecutará el Señor sobre la tierra ». El texto griego del v. 28 dice así: Myov yap au,r,;e"A&v xod <JUV't"é[LVWV , ' ' \ .... .... 1ton¡aeL xuprnc; em -n¡c; yy¡c;. Como se ve, san Pablo cita a la letra el pasaje de Isaías por le versión de los LXX. Salvo algunas variantes de menor importancia, el Apóstol omite, entre la primera y la segunda parte del v. las pa– labras zv aLxo:rnaúv-n, e't"L Myov <JUV't"ii:'t"[L'Yj[LéVOV 4 • Con esta omisión, los dos participios auv't"eA&v y auv't"É[LVWv vienen a tener fuerza de adver– bios, es decir, que el Señor realizará su « palabra » ( = su propósito, su decreto) plenamente y con decisión. Pero la diferencia principal entre Isaías y san Pablo está en el enfoque del problema y en el sentido que uno y otro dan a palabras literalmente idénticas. Ya hemos visto que Isaías hablaba de una pro– mesa conminatoria decretada por Dios (el exterminio de gran parte de la nación) y de una promesa consolatoria que Dios decididamente realizará (una restauración religiosa y nacional), la cual llevará Dios a cabo por medio de unos pocos nada más, por el célebre « resto » de Israel. Pablo concentra su pensamiento en el grave problema que tiene a la vista, a saber : en cómo los judíos han rechazado a Cristo y en cómo los gentiles han sido llamados también, por pura miseri– cordia de Dios, al mesianismo. Encuentra la solución del problema, principalmente, en Os. 2, 1.23, donde el profeta vaticina que también vendrán a ser « hijos del Dios vivo » aquellos que antes no habían sido « su pueblo ». Bajo el influjo de esta pensamiento de Oseas, Pablo adapta ahora a su argumentación el texto de Isaías que ya 3 Traduzco de esta manera por uniformidad con la versión de los LXX en Is. 10, 22s. Pero el verdadero sentido de estos participios, en el texto y contexto de san Pablo, mira más a la decisión con que Dios realizará lo que tiene decretado, que a la rapidez de su ejecución. La traducción exacta sería: <( El Señor realizará su propósito sobre la tierra,. llevándolo a cabo con decisión ». • Las ediciones críticas de hoy omiten muy justificadamente estas palabras, porque faltan en el Papiro 46 y en los mejores códices. Otros códices de menor valor crítico re– producen el griego de los LXX de Isaías con exacta fidelidad. De la Vulgata latina hablaré· luego.

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