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134 SERAFÍN DE AUSEJO Con idéntica trayectoria, pero cambiando más el pensamiento <lel profeta expresado en el texto hebreo y acentuando más la idea de «abreviación», los LXX habían traducido así esos mismos vv. 22-23: Kocl €<XV •.• crw0~cre't'oct· )...Óyov yap O"UV't'€AWV xocl 0-UV't'éµvwv ¾v atxocto– <l'Óvy¡, g't't Myov O"UV't'€'t'[L"f)[Lévov TCOt~cret ó 0eoc; ev 't'?j oixouµévy¡ gAY). Es decir: « Aunque sea el pueblo de Israel como la arena del mar, un resto [sólo] de ellos se salvará; pues una palabra [ = decisión, decreto] está [el Señor] llevando a cabo y abreviando [ = realizando decididamente] en justicia; porque palabra abreviada [ = decreto decidido] ejecutará Dios en toda la tierra ». Como se ve, la idea de « externiinio decidido (o decretado), des– bordante de justicia, queda no poco esfumada en el griego de los LXX. Esta versión, por de pronto, resume la idea de « exterminio » en el hebraísmo «palabra» ( = cosa decretada); traspasa los parti– cipios pasivos hebreos (decidido, cosa decidida) a participios de pre– sente, refiriéndolos a la acción directa de Dios; y abandona, además, la significación propia de estos términos, para acentuar con ellos la idea de « brevedad » (bien refiriéndola a la limitación de la promesa misma en su contenido; o bien reduciéndola en cuanto al tiempo, es decir, que será realizada pronto, con rapidez; o en cuanto a sus destinatarios, a saber, extendida a unos pocos). En conclusión. El sentido del texto hebreo es que Yahvéh tie– ne ya decretado, decidido, un exterminio justísimo; exterminio o cosa decidida y decretada que Dios ha de realizar sobre Israel y sobre las regiones limítrofes. Consistirá en un aniquilamiento general, casi total. Por muy numeroso que sea el pueblo de Israel, sólo un pequeño « resto » se librará de la catástrofe, el cual servirá de base para la futura restauración. Esta restauración consistirá en el restablecimiento de la religión y en la nueva independencia na– cional, libre ya del amenazante poder asirio, precisamente por estar fundada sobre la firmeza de la fe en el Dios de Israel. Pocos serán los que sobrevivan al decretado exterminio; sólo un «resto». Pero este « resto » tendrá la virtud y la eficacia de salvar las esencias de la religión y de la patria, porque, en consideración a él, Dios cier– tamente las restablecerá. El sentido de la Vulgata latina queda obscurecido principalmente por dos motivos : por haber tomado en la raíz hebrea ~ara? la línea de abreviar, en vez de «decidir», «decretar», y por haber tradu– cido el participio equivalente a « rebosante de justicia » por el fu– turo, más inexpresivo, de « inundabit iustitiam ». El pensamiento, sin

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