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CON BREVEDAD DE SERMÓN... 141 versaciones con frailes más ilustrados. Pero, cuando se ve cómo cita expresamente textos no comunes en los tratados de piedad o que -difícilmente se oyen de labios de predicadores, uno se pregunta, efec– tivamente, hasta dónde llegaba el conocimiento directo, por lectura personal, que el Seráfico Padre tenía de la Sagrada Escritura 12 • Rara será la página de sus escritos donde no haya alusiones a pasajes bíblicos, o incluso frases bíblicas expresamente citadas. El padre W. Lampen 13 publicó ya un recuento de los textos sagrados que apa– recen en los opúsculos de san Francisco y, aun prescindiendo del Oficio de la Pasión del Señor, llega a la suma de 239 citaciones (39 del Antiguo Testamento; 200, del Nuevo Testamento, de las cuales corresponden: 62 al Evangelio de san Mateo, 9 al de san Marcos, 40 al de san Lucas, 32 al de san Juan). Posteriormente, hicieron el mis– mo recuento, llegando a un número mucho más alto, los padres Eugene d'Oisy 14 y Willibrord de París 15 • La lista que da este último se remonta hasta unos 400 lugares bíblicos citados expresamente o, al menos, aludidos. Muchos están tomados de los Salmos, aprendidos seguramente de memoria por el rezo diario del Oficio Divino. Pero, al repasar esa larga lista y el extenso artículo del padre Eugene d'Oisy, se advierte que el conocimiento que el Seráfico Padre manifiesta te– ner de la Biblia, siquiera se trate de simples citaciones, hechas tal vez de memoria, ordinariamente sin exégesis alguna (y menos cien– tífica), es realmente impresionante. Ello demuestra, porque no cabe otra explicación, que Francisco leía la Biblia y había conseguido asi– milarse su pensamiento; y muchas veces, también sus palabras. Esa lectura debió de ser en él relativamente asidua y más o menos habi– tual, hecha directamente sobre algún códice del texto latino oficial, y no sólo sobre los pasajes incluidos en el Breviario. Esto es también lo que nos testifican sus primeros biógrafos. ·valgan, como comprobación, estos pasajes de Celano y de san Buena- mismo lugar (p.26-40), el mismo autor presenta el calendario contenido en este Breviario. Pero no he podido averiguar si nuestro pasaje de Rom. 9, 28 figura en él entre las lecturas tornadas de la Biblia. Ciertamente, en el breviario de la Curia romana prescrito por la Regla II (cap. III) para el divino oficio de los frailes, y que, por el hecho de imponerlo, •san Francisco seguramente conocía de algún modo, la carta a los Romanos se leía íntegra, dividida en 42 perícopas, en la II domínica y semana después de la Epifanía. Cf. Giuseppe ADATE, O.F.M.Conv., Il primitivo breviario francescano (1224-1227), en Misc.Franc. 60(1960) 125. 12 Cf., como estudio general a este respecto, Virus A BussuM, O.F.M.Cap., De vene– ratione S. Francisci Assisiensis erga S. Scripturam, en Verbum Domini 21(1941) 161-168., 202-208. 18 W. LAMPEN, O.F.M., De textibus S. Scripturae allegatis in opusculis S.P,N. Francisci, ,en Arch.Franc.Hist. 17(1924) 443-445. 14 EuGllNE o'Orsy, O.F,M.Cap., Saint Franqois d'Assise. La Bible et le Saint Évangile, ,en Étud.Franc. 39(1927) 498-529; 40(1928) 69-80. 1• WILLIBRORD DE PARIS, O.F.M,Cap., Les écrits de S. Franr;ois d'Assise remis en langage _,populaire, París 1959, 185-194. ...MMP I - 12

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