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474 EMILIO DE SOLLANA relacionan con la Orden seráfica; y g) estadísticas generales y par– ticulares. Es igualmente una obra artística, como se comprueba por lo si– guiente: a) el cuidadoso dibujo de las figuras, que en algunas ocasio– nes son copia de pinturas de nota y en otras están tomadas directa– mente de la persona representada; b) la elegante simetría y armonía de las ramas de todo el árbol; e) la bella imagen de María Inmacula– da, que coloca en el remate del mismo; d) la agradable presentación de los escudos de papas, cardenales, y personajes nobles, que dan a la obra indiscutible valor heráldico; y e) la oportuna colocación del abundantísimo texto en cartelas, lunetas, tablillas y vitelas, sin que deshagan la armonía general. Una prueba del mérito y valor de la obra de fray Vidal de Alcira es que ha sido copiada, más o menos justamente, por otros que le han sucedido, de los cuales nos vamos a ocupar inmediatamente. 5) Epilogus totius Ordinis Seraphici P.S. Francisci, de la iglesia de capuchinos de Oristano, de 350 X 260 cm.; fue pintado en 1653 por encargo del padre Pedro de Oristano, a expensas de Gaspar Pira, por autor anónimo, aunque en este óleo se reconoce lealmente la filiación con respecto a la obra de fray Vidal de Alcira; ya ha sido suficiente– mente descrito y estudiado 19 , por lo cual nos abstenemos de hacerlo aquí. Es sencillamente una magnífica copia al óleo del Epilogus de fray Vidal, en el que se han introducido algunas oportunas variacio– nes; es una obra acertada, justa y digna, que honra a sus autores. 6) Grande y envidiable éxito ha alcanzado el Epilogus totius Ordi– nis Seraphici P.S. Francisci, que hasta ahora se venía atribuyendo al padre Carlos de Arenberg, O.F.M.Cap. 20 • Consta de nueve láminas, que dan un total de 169 X 140 cm. Fue publicado por vez primera en Am– beres en 1650 por Juan A. le Poutre. La segunda edición fue también en Amberes y en ella se conserva el nombre de Juan A. le Poutre, pero lleva una indicación que dice: « Apresant ils sont trouvez seul chez Michel Bunel a Anvers 1739 ». La tercera edición fue hecha por 19 RAFFAELE DA SANTA GIUSTA, L'albero serafico..., 15-21. 20 FREDEGAND0 DE AMBERES, O.F.M.Cap., Las obras franciscanas del P. Carlos de Arenberg, en Estud.Franc. 21(1918) 345-356; Idem, Étude sur le Pere Charles d'Arenberg, Paris-Roma 1919, 333-337; ANDRÉS DE PALMA DE MALLORCA, O.F.M.Cap., Iconografía caputxina de Catalunya i Mallorca, en Estud.Franc. 30(1923) y ss.; Idem, Genealogía capuchina, en la misma revista 34(1924) 212-219 y 35(1925) 49-56; Idem, Palá de Torroella y el recuerdo de san Lorenzo de Brindis, Barcelona 1948, 284-286; AGUSTÍN DE ALB0CÁCER, O.F.M.Cap., Mis colecciones iconográ– ficas, en Coleccionismo, Madrid 1916, 175-176; EUGENE DE SAINT-CHAMOND, O.F.M.Cap., Capucins fran9ais, Saint-Etienne 1920, 28-30; HILDEBRAND VAN HoOGLEDE, O.F.M.Cap., De Franciskaanse Boom, en Franc.Leven 36(1953) 4-13; Idem, Nog over de Franciskaanse Boom, en Franc.Leven 37(1954) 122-124. De este último nos hemos servido para muchas de nuestras apreciaciones, reservándonos para dar nuestro criterio sobre este particular en otro estudio más amplio.

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